Al tiempo que las ventas mediante plataformas digitales, también lo hace un problema que para las marcas e incluso par alas plataformas de venta cuesta millones de dólares. Hablamos de la piratería, asunto que ahora ha llevado a Gucci y Facebook a unir esfuerzos.

El tema no es menor ni tampoco es el único. La falsificación de productos se ha convertido en un negocio lucrativo que de manera obvia limita las ganancias de las marcas que son víctimas de un mal uso de sus propiedades intelectuales.

Demanda conjunta 

Es por esta razón que ahora Gucci y Facebook han presentado una demanda conjunta en California contra un individuo que supuestamente utilizó las plataformas del gigante tecnológico para vender productos falsos de la reconocida marca de lujo.

Esta acción conjunta fue anunciada por ambas empresas anunciando que es la primera alianza de esta naturaleza para las dos compañías.

De amena puntual se especificó que el supuesto vendedor habría utilizad o varias cuentas tanto de Facebook como de Instagram para promover y vender una línea de bolsos, zapatos y ropa que falsificaba los productos de Gucci.

“Más de un millón de contenidos fueron eliminados de Facebook e Instagram en la primera mitad de 2020, sobre la base de miles de informes de falsificaciones provenientes de los propietarios de marcas, entre ellos Gucci”, indicó el comunicado.

Este es un gran problema para firmas como Gucci. Tan solo el año pasado, el equipo interno de la marca retiró del mercado 4 millones de productos falsificados ofrecidos en línea, lo que se sumó a la incautación de 4,1 millones de productos falsificados y la inhabilitación de 45 mil webs, incluidas cuentas de las redes sociales.

Un lugar seguro para el lujo

Para nadie es un secreto que en medio del proceso de recuperación, el lujo es una de las categorías más vendidas. 

Facebook con sus propuesta de e-commerce y promoción quiere expandirse al mercado de lujo, pero para lograrlo debe demostrar a estas marcas que su servicio no es un espacio que funciona como motor para las reventa de falsificaciones. 

Lo cierto es que esta no es la única alianza que descubre las intenciones de los grandes marketplaces y redes sociales que buscan sumarse al comercio electrónico.

El año pasado, Amazon presentó demandas similares junto con marca de moda como Valentino y Ferragamo.

El problema no es menor. Lo sucedido pone en evidencia un problema que cuesta demasiado a diversas industrias.

Para ponerlo en contexto, tan sólo en México se estiman que los frenos al crecimiento económico y las afectaciones a la propiedad intelectual e industrial que supone la piratería así como el uso indebido de ciertos activos en la materia deja perdidas por 43 mil millones de pesos al año, según  Cámara Americana de Comercio y el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC).

En terreno digital, en más de un sentido, vino a fortalecer esta mala cultura, que en mercados como el mexicano no es entendida como un problema grave.

A decir de los hallazgos de CIDAC, en el país 8 de cada 10 mexicanos asegura ser consumidor de piratería. Más preocupante es reconocer que 85 por ciento de los mismos utiliza como argumento que este modelo les permite comprar productos a los que de otra manera no tendrían acceso.

Al mismo tiempo 3 de cada 4 mexicanos afirma que todo el mundo lo hace, mientras que dos tercios de la población asegura que se trata de una práctica que impide que las grandes corporaciones y empresas se enriquezcan.

De hecho, el 60 por ciento de los consumidores aunque reconoce que es ilegal, no consideran que la piratería y el incorrecto manejo de los derechos de autor sea un delito grave.