La estadounidense Boeing y la canadiense Bombardier están desde el año pasado envueltas en una disputa comercial por la venta en 2016 de 75 aviones de la Serie C a Delta Airlines.
Boeing presentó una queja ante el Departamento de Comercio de Estados Unidos en abril de 2017 alegando que su negocio se vio perjudicado cuando Delta recibió precios anormalmente bajos de los aviones de Bombardier. Algo que, según la compañía de Estados Unidos, sólo fueron posibles gracias a subsidios del gobierno canadiense.
Ante esta denuncia, en octubre, el Departamento de Comercio recomendó un arancel de entre el 220 y el 300 por ciento para los aviones de la Serie C de Bombardier con destino a Estados Unidos.
Sin embargo, y contra todos los pronósticos, el organismo oficial aseguró este viernes que no encontró evidencia de que el fabricante de aviones con sede en Montreal se hubiera aprovechado de subsidios.
Esta decisión se produce en medio de la nueva ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que incluye Estados Unidos, México y Canadá, que Trump considera un “desastre” para los trabajadores y empresas estadounidenses.
En una declaración a Business Insider, Bombardier dijo: “La decisión es una victoria para la innovación, la competencia y el estado de derecho. También es una victoria para las aerolíneas estadounidenses y el público estadounidense que viaja. La Serie C es el avión más innovador y eficiente en una generación. Su desarrollo y producción representan miles de puestos de trabajo en los Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido. Estamos muy orgullosos de nuestros empleados, inversores y proveedores que han trabajado juntos para traer este extraordinario avión al mercado”.
Boeing respondió que están convencidos de la existencia de “miles de millones de dólares en subsidios gubernamentales ilegales” y que está en desacuerdo con el fallo. También advirtió que continuará documentando los casos de daños causados a su negocio por los subsidios y el comportamiento de dumping.
Se espera que Delta reciba sus primeros aviones de la Serie C entre marzo y junio de 2018.
Esta decisión puede leerse como una derrota para Donald Trump, quien desde la campaña viene advirtiendo que hará todo lo posible por impedir el ingreso de productos extranjeros para favorecer a la industria estadounidense. Lo hizo con el biodiesel argentino en agosto pasado y amenazó con hacerlo con todos los artículos llegados desde México.
La disputa tuvo su origen con la venta de aviones canadienses a Delta. Boeing afirmaba que Bombardier vendió cada jet de la Serie C a Delta por US$ 19,6 millones, un precio extraordinariamente bajo y “disruptor del mercado” gracias a los subsidios canadienses, según la estadounidense.
Para Bombardier, en tanto, Boeing intentó “evitar la competencia e impedir que las aerolíneas estadounidenses se beneficien del Serie C canadiense”.