En los últimos años, el sector hotelero ha enfrentado un declive constante, marcado por una serie de factores que han impactado significativamente su desempeño. Este declive no solo se limita a una región o país en particular, sino que es un fenómeno global que ha obligado a los actores de la industria a replantear sus estrategias y adaptarse a un entorno cambiante.
Uno de los principales factores que ha contribuido a este declive es la creciente competencia de otras formas de alojamiento, como los alquileres vacacionales y las plataformas de alojamiento compartido. Estas opciones alternativas ofrecen a los viajeros una mayor variedad y flexibilidad a precios competitivos, lo que ha restado clientes a los hoteles tradicionales.
Además, la tecnología ha transformado la manera en que los consumidores buscan y reservan alojamiento. Las reservas en línea a través de sitios web y aplicaciones móviles han ganado terreno, lo que ha aumentado la transparencia en los precios y ha intensificado la competencia entre los hoteles.
El cambio en las preferencias de los consumidores también ha desempeñado un papel importante en este declive. Adicionalmente, los eventos globales como la pandemia de COVID-19 dejaron un impacto devastador en la industria hotelera, con cierres temporales, cancelaciones masivas de reservas y una disminución drástica en la demanda de viajes.
Y es que, al observar el número de declaraciones de quiebra de este sector a partir de 2019, las quiebras han aumentado significativamente en comparación con otros negocios de la construcción, la industria y las comunicaciones. Tanto es así, que en 2023 la tasa de quiebras de la hotelería era casi el doble que la de referencia de 2015.
En respuesta a estos desafíos, los hoteles han tenido que adaptarse y reinventarse para mantener su relevancia en un mercado cada vez más competitivo, además han invertido en tecnología para mejorar la experiencia del cliente.
A pesar de estos esfuerzos, el sector hotelero enfrenta un camino difícil hacia la recuperación y el crecimiento sostenible. La capacidad de los hoteles para adaptarse rápidamente a las cambiantes preferencias del consumidor y a las condiciones del mercado será fundamental para su supervivencia en el futuro.