A pesar de las persistentes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, el comercio bilateral continúa fluyendo con fuerza. En 2024, Estados Unidos exportó aproximadamente 143.5 mil millones de dólares en bienes al gigante asiático, según datos de la Administración de Comercio Internacional de EE. UU.
El principal producto exportado por Estados Unidos fue maquinaria eléctrica y equipos de sonido, con un valor que alcanzó los 15.3 mil millones de dólares, un notable incremento del 31 % en comparación con el año anterior. Este crecimiento refleja la continua demanda china por tecnologías avanzadas, especialmente en sectores industriales y de consumo.
Además, la industria aeroespacial estadounidense experimentó un considerable aumento en sus exportaciones a China, alcanzando los 11.5 mil millones de dólares, lo que representa un salto del 69 % respecto a 2023. Este auge responde a la creciente demanda de aeronaves y piezas tecnológicas en un mercado en constante expansión.
Sin embargo, no todas las categorías experimentaron crecimiento. Las exportaciones de combustibles minerales y productos agrícolas, particularmente semillas oleaginosas y granos, disminuyeron un 26 % y 15 % respectivamente. Estos descensos reflejan desafíos continuos en sectores tradicionalmente fuertes para el comercio estadounidense.
Es importante mencionar que Estados Unidos mantiene un déficit comercial con China, dado que importa más productos del país asiático de los que exporta. Este desequilibrio económico ha sido un punto de tensión recurrente en las negociaciones bilaterales.
En un escenario marcado por la posibilidad de una nueva escalada en la guerra comercial, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Guo Jiakun, expresó la postura de su gobierno en una reciente conferencia de prensa en Pekín: “Las guerras comerciales y arancelarias no traen beneficios para ninguna de las partes. En lugar de imponer más aranceles de manera unilateral, es necesario recurrir al diálogo y a consultas basadas en el respeto mutuo”.
Estas declaraciones ponen en evidencia la necesidad de replantear las relaciones comerciales entre ambas potencias, en busca de un equilibrio que permita la cooperación y el desarrollo económico sin recurrir a medidas punitivas que afecten a ambos países.
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