El cacao, ingrediente esencial en la industria global del chocolate, ha experimentado un aumento notable en sus precios en los últimos años. Esta tendencia responde a varios factores, entre ellos, el cambio climático, la falta de inversión en la infraestructura productiva y el crecimiento constante de la demanda mundial. Según informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los principales países productores se ubican en África y América Latina. Costa de Marfil y Ghana lideran la producción a nivel mundial, mientras que en Latinoamérica, Ecuador y Brasil destacan por su volumen de producción, con 337.000 y 273.000 toneladas respectivamente en 2022.
No obstante, la industria del cacao enfrenta una serie de retos que van más allá de las fluctuaciones de precios. Uno de los problemas más urgentes es la producción ética. Aunque existen iniciativas como los sellos de comercio justo, que buscan promover un consumo más responsable, el trabajo infantil sigue siendo una dura realidad en muchos de los países productores. En Ghana, por ejemplo, se estima que alrededor de 1,56 millones de niños están involucrados en la cosecha de cacao, una cifra alarmante que refleja la necesidad de implementar medidas más efectivas para erradicar esta problemática.
A pesar de esto, también surgen oportunidades para transformar la industria hacia un modelo más sostenible. Iniciativas de trazabilidad y tecnología en la cadena de suministro están comenzando a generar cambios positivos, brindando a los consumidores la posibilidad de tomar decisiones informadas. Al mismo tiempo, un mayor enfoque en la capacitación y el apoyo a los pequeños productores podría mejorar la calidad de vida en las regiones productoras, promoviendo prácticas más responsables y beneficiosas para las comunidades involucradas en la producción del cacao.