En los últimos años, la demanda de productos vegetales que imitan la carne y los mariscos ha mostrado un aumento constante, un reflejo de las tendencias alimenticias cambiantes a nivel mundial. Según un informe del Good Food Institute, con datos proporcionados por Euromonitor, las ventas minoristas de estos sustitutos alcanzaron los 6.400 millones de dólares en 2023, lo que refleja el creciente interés por opciones alimenticias más sostenibles y saludables.
La mayor parte de este mercado se concentra en Europa, Estados Unidos y Canadá, donde se registró aproximadamente el 85% de las ventas globales. De hecho, los consumidores europeos fueron responsables de cerca de 3.300 millones de dólares en compras de estos productos, mientras que en Estados Unidos y Canadá, el gasto sumó unos 2.100 millones de dólares. En América Latina, el mercado también mostró un desempeño destacable, con ventas cercanas a los 390 millones de dólares en el mismo período.
Diversos factores impulsan este crecimiento, siendo uno de los más importantes el aumento de la conciencia sobre los impactos ambientales y de salud asociados con el consumo de productos de carne u origen animal. La adopción de dietas más basadas en plantas, como el veganismo, ha crecido especialmente entre las generaciones más jóvenes, quienes buscan alternativas más éticas y sostenibles. Además, los avances en la ciencia de los alimentos han permitido mejorar la textura, el sabor y la calidad de los sustitutos vegetales, lo que ha facilitado su aceptación entre los consumidores.
A pesar de su popularidad creciente, uno de los retos que enfrentan los productos vegetales es su precio, que sigue siendo más elevado que el de los productos cárnicos tradicionales. Este aspecto sigue siendo un obstáculo para muchos, aunque el panorama parece cambiar a medida que las marcas trabajan en reducir costos y hacer más accesibles estas alternativas.
El veganismo, cada vez más presente en la cultura global, es otro factor clave detrás de este fenómeno. Más personas están adoptando dietas plant-based no solo por razones de salud, sino también por el deseo de reducir su huella ecológica y evitar el sufrimiento animal. Este cambio de mentalidad está abriendo el camino para una industria alimentaria más diversa, en la que los productos vegetales se consolidan como una opción de consumo habitual y no solo para un segmento reducido de la población.