La censura del internet es una acción que en cierto punto violenta los derechos humanos y es una amenaza para la libertad de expresión en línea.
Algunos de los países que han sido notorios por silenciar el internet incluyen regímenes autoritarios como China, Corea del Norte, Irán y Rusia. Estos gobiernos han empleado diversas técnicas, como bloquear el acceso a determinados sitios web, ralentizar la velocidad de conexión, e incluso cortar completamente el acceso a internet durante períodos de agitación política o protestas.
Es importante destacar que estas acciones no solo afectan la capacidad de las personas para comunicarse y acceder a información vital, sino que también tienen graves repercusiones económicas al interrumpir el comercio y la actividad empresarial en línea.
El debate sobre si el Internet debería estar regulado ha estado en constante evolución desde los albores de la era digital. Mientras algunos abogan por una mayor intervención gubernamental para garantizar la seguridad y la ética en línea, otros defienden la libertad absoluta en la red.
El Internet, en sus primeros días, era un territorio sin restricciones, un vasto mundo digital sin fronteras. Sin embargo, a medida que la tecnología avanzaba y los desafíos emergían, surgieron las primeras discusiones sobre la necesidad de regulación, y es que la lucha contra el spam y la protección de la propiedad intelectual y privacidad de ciertos territorios fueron los primeros motivadores de la regulación.
Según datos de Statista, el tiempo medio de utilización de Internet a nivel mundial ha mostrado, en líneas generales, una tendencia al crecimiento durante todo el periodo analizado, aunque manteniéndose siempre por debajo de las siete horas. En ese sentido, la expansión de las comunicaciones móviles ha sido un factor decisivo en el incremento tanto del acceso como del tiempo de uso y disfrute de contenidos online. En el tercer trimestre de 2022 el tiempo diario dedicado a internet por los usuarios fue de 6 horas y 37 minutos.
Gráfica del día: Países que más silencian el internet
En numerosos países, el cierre de Internet se utiliza como respuesta a disturbios reales o potenciales, siendo principalmente instigado por gobiernos. Este acto, ampliamente criticado por restringir la libertad de expresión y entrometerse en la vida diaria de las personas, es especialmente censurado cuando se emplea para sofocar la disidencia.
Ejemplos destacados de esta práctica incluyen la revolución egipcia de 2011 y el intento fallido de golpe militar en Turquía en 2016. En India, líder en cierres de Internet, se han centrado en regiones como Cachemira y Rajastán durante protestas o anticipando disturbios, e incluso durante periodos de exámenes. En 2023, tensiones étnicas en Manipur provocaron múltiples cierres selectivos por el gobierno. Estos cortes, que afectaron a millones de personas durante miles de horas, se han vuelto más comunes globalmente, con costos económicos significativos en países como Rusia, Etiopía y Myanmar.
Dada la relevancia de Internet en la vida cotidiana, restringir su acceso puede tener graves consecuencias financieras. Por ejemplo, en Rusia, los 1.350 horas de inactividad intencional de Internet y los bloqueos específicos en 2023 se tradujeron en una pérdida económica de 4 mil millones de dólares.