La división en las preferencias de leche ha cobrado relevancia en los últimos años, ya que algunos consumidores prefieren la leche de vaca, mientras que otros optan por leches vegetales, cuya demanda ha crecido significativamente.
Cada vez más personas están eligiendo opciones no lácteas debido a problemas de salud, preocupaciones éticas y consideraciones ambientales. Y es que es bien sabido que la leche de vaca puede ser difícil de digerir para algunas personas, causando intolerancias y hasta alergias alimentarias. Además, su producción requiere grandes cantidades de agua y emite gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático.
En contraste, se promociona constantemente que las leches no lácteas, como la de almendras, soya y avena, ofrecen beneficios nutricionales y ambientales. Estas alternativas tienen menos grasa saturada y calorías que la leche de vaca, y su producción demanda menos recursos. Sin embargo, la leche de almendras también ha enfrentado críticas por su posible impacto negativo en las poblaciones de abejas durante la producción. Según Statista, en 2021 se produjeron aproximadamente 12,841 millones de litros de leche de vaca, un incremento de casi 200 millones de litros respecto al año anterior y la cifra más alta desde 2011. Además se ha mencionado que es muy poca la cantidad de almendras que se usan durante su producción.
No es del todo sorprendente que, entre las opciones de leche analizadas, la leche de vaca sea la menos amigable con el medio ambiente en cuanto a las emisiones de dióxido de carbono y al consumo de agua asociados a su producción. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la sostenibilidad de las leches vegetales también varía.
Según un estudio de la revista Science publicados en The New York Times, cada litro de leche de vaca que se produce requiere 628 litros de agua y genera 3,2 kg de CO₂. Incluso la bebida vegetal que necesita más agua, la leche de almendras, solo utiliza el 60 por ciento de esa cantidad, mientras que la leche de soja y la leche de avena son opciones aún más sostenibles en términos de uso de agua. Por otro lado, la leche de arroz provoca menos del 40 por ciento de las emisiones de CO₂ generadas por la leche de vaca.
Gráfica del día: Países en contra de la lactosa
Aunque los consumidores de productos lácteos continúan superando en número a aquellos que prefieren opciones vegetales, el interés en bebidas alternativas a la leche de origen animal ha crecido significativamente en los últimos años. De hecho, en el 2023 el consumo global de sustitutos de la leche alcanzó aproximadamente 7 mil 550 millones de kilos, lo que representa un aumento de 450 millones de kilos en comparación con 2022. Incluso se estima que para 2028, este mercado superará hasta los 10 mil 500 millones de kilos.
De acuerdo con Statista Consumer Insights, India lidera en el consumo de sustitutos de leche, con alrededor de un tercio de los encuestados utilizando estos productos. Mientras que en América Latina, México muestra una tasa del 19% y el porcentaje en Brasil es del 16%. Por otro lado, Japón es el país con menor consumo de estos productos entre los encuestados, con tan solo un 10%.