La carrera por el tren más veloz del mundo la lidera indiscutiblemente China, donde los trenes más rápidos se han convertido en un símbolo de modernidad y eficiencia. Con velocidades que alcanzan hasta los 350 km/h en sus trenes de larga distancia, de hecho dicho país también alberga al tren Maglev de Shanghái, el cual, con su asombrosa velocidad operativa de 460 km/h en trayectos cortos, representa un hito en la tecnología ferroviaria. Este tren se basa en la avanzada tecnología de levitación magnética, originalmente desarrollada en Alemania y desestimada allí debido a su alto costo.
Alemania ha respondido a la competencia internacional lanzando su nuevo Intercity Express 3, que alcanza los 320 km/h, alineándose así con los trenes de alta velocidad de China, como los modelos Harmony y Fuxing. Estos trenes superan en velocidad a los icónicos TGV franceses y Shinkansen japoneses. Un jugador menos conocido en esta liga es el Al Boraq de Marruecos, que conecta Tánger con Kentira a la misma velocidad. En España, el AVE 103 de Renfe también se destaca, operando a una velocidad máxima de 310 km/h.
El crecimiento del ferrocarril de alta velocidad es un fenómeno global, con muchos nuevos proyectos en fase de construcción y planificación. Aunque el mayor éxito se ha observado en Europa y Asia, regiones como Medio Oriente y América están comenzando a desarrollar sus propios sistemas ferroviarios. En países como Canadá, Australia, Rusia y Brasil, los planes para introducir trenes más veloces están en su etapa inicial.
En América, Estados Unidos es el único país que cuenta con trenes rápidos que superan los 200 km/h. Este año se prevé que se incorporen nuevos trenes en la ruta del Acela, que permitirán alcanzar velocidades cercanas a los 250 km/h, aunque todavía lejos de las cifras impresionantes de los trenes de alta velocidad en China, Francia, Alemania y Japón. Mientras que en México, se proyecta una línea ferroviaria que conectará la Ciudad de México con Querétaro, con velocidades de hasta 300 km/h en un recorrido de 210 kilómetros, marcando un avance significativo en el transporte ferroviario del país.
El desarrollo de este tipo de transporte no solo redefine la movilidad, sino que también refleja un compromiso con la sostenibilidad y la innovación tecnológica.