El comercio global de estos productos no solo impulsa el crecimiento económico, sino que también fomenta la interdependencia y la cooperación internacional. La diversificación de exportaciones e importaciones permite a los países optimizar sus economías y satisfacer las necesidades de sus poblaciones, subrayando la importancia de un comercio libre y justo para el bienestar global.
A pesar de que los productos de comercio justo representan una proporción pequeña dentro del mercado general de alimentos y bienes de consumo, han logrado consolidarse en sectores específicos como flores, plátanos, chocolate y café, principalmente en Europa y Estados Unidos. Las etiquetas que certifican prácticas de comercio justo se han vuelto familiares para muchos consumidores en estos mercados.
Hace un par de años, el comercio justo registró ventas globales de más de 730 mil toneladas métricas de plátanos. Además, las ventas de granos de cacao y café también fueron notables, con más de 232 mil y 231 mil toneladas métricas, respectivamente. En términos de unidades, las flores de comercio justo lideraron con más de 952 millones de unidades vendidas, lo que las convierte en el producto más vendido cuando se comparan unidades individuales de flores con kilogramos de cacao, café o plátanos.
Es así que junto con el azúcar de caña, la fibra de algodón y el té, estos productos constituyen aproximadamente el 90 por ciento de la producción de comercio justo, según datos de World Fair Trade Organization.
La creciente presencia y reconocimiento de los productos de comercio justo refleja un avance significativo hacia prácticas comerciales más justas y sostenibles en el ámbito global.
Hay que tener en cuenta que el crecimiento en la venta de estos productos y el reconocimiento de sus etiquetas certificadoras reflejan un cambio positivo hacia prácticas comerciales más equitativas y sostenibles. Este avance no solo beneficia a los productores y trabajadores en los países en desarrollo, sino que también responde a una creciente demanda de los consumidores por productos que respeten estándares éticos y ambientales. A medida que el movimiento de comercio justo continúa expandiéndose, su impacto positivo en la economía global y en las comunidades productoras seguirá aumentando, promoviendo un comercio más justo y responsable.