Los huracanes pueden causar daños devastadores a propiedades y infraestructuras, lo que se traduce en reclamaciones masivas para las aseguradoras. Por ejemplo, el huracán Katrina en 2005 y el huracán Harvey en 2017 son recordados no solo por su devastación, sino también por las pérdidas económicas que generaron en el sector asegurador. Se estima que los costos por daños a propiedades y compensaciones a los asegurados pueden ascender a miles de millones de dólares, afectando la rentabilidad de las compañías.
Y es que, los cambios climáticos han llevado a un aumento en la imprevisibilidad de los huracanes, complicando las predicciones actuariales. Las aseguradoras dependen de modelos estadísticos para calcular riesgos y establecer precios. Sin embargo, la creciente irregularidad en los patrones climáticos dificulta la creación de modelos precisos, lo que a su vez puede llevar a errores en la estimación de riesgos y, potencialmente, a pérdidas financieras.
El Índice de Riesgo Mundial, herramienta clave en este informe, evalúa el nivel de riesgo de catástrofes naturales en 193 países reconocidos por la ONU. Dicho índice se basa en dos factores principales: la exposición de la población a los fenómenos naturales extremos y la vulnerabilidad social de cada país.
Y es que en 2023, la media del Índice de Riesgo Mundial en América del Sur fue aproximadamente de 13.8, mientras que en América Central fue de 15.6. En el contexto latinoamericano, México tiene un nivel alarmante, ya que destacó como el país con el índice más alto, alcanzando un valor de 38.17, seguido por Colombia con 37.64. Por otro lado, Paraguay registró el puntaje más bajo en la región, con tan solo 1.68.
De hecho, México se encuentra entre las naciones más vulnerables del mundo cuando se trata de enfrentar desastres naturales. Su ubicación geográfica, en la intersección de placas tectónicas y en una región propensa a huracanes, lo expone a una amplia gama de peligros naturales, que van desde terremotos devastadores hasta tormentas tropicales destructivas.
Gráfica del día: Los huracanes más costosos para las aseguradoras
Los huracanes han dejado una profunda huella en la economía de Estados Unidos, especialmente en el ámbito de los seguros. Katrina, que causó pérdidas aseguradas de 65 mil millones de dólares, se ajusta a la alarmante cifra de 102 mil millones al considerar la inflación hasta 2023, consolidándose como el huracán más costoso en la historia del país. Aunque Ian, que tocó tierra en 2022, se destacó como el más letal en Florida desde 1935, las pérdidas ocasionadas por tormentas anteriores como Sandy, Harvey y María se aproximan a la mitad de las de Katrina.
Según datos de Aon, presentados por el Insurance Information Institute, más de la mitad de los huracanes más onerosos para las aseguradoras han ocurrido en los últimos diez años, junto con tres de ellos en la década de 2000. La próxima edición de este informe, que estará vigente a partir de enero de 2024, ahora incluye “las pérdidas sufridas por aseguradoras privadas y programas respaldados por el gobierno, como el “Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones”, que había sido excluido hasta la edición de 2018.
Las estimaciones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) confirman que Katrina sigue siendo el huracán más costoso, con pérdidas económicas que pueden alcanzar los 200 mil millones de dólares en términos de 2023. Desde 2004, solo cuatro huracanes han superado los 100 mil millones de dólares en costos ajustados a la inflación.
En cuanto a la tormenta tropical Helene, que se espera que impacte Florida, aún es incierto si se sumará a la lista de los más costosos. Sin embargo, el estado se está preparando para enfrentar lo peor: se han emitido alertas de inundación que afectan a más de 20 millones de personas.
Este contexto resalta la necesidad de una preparación constante y efectiva ante la creciente amenaza de huracanes y sus costos asociados en la industria aseguradora.