China se ha consolidado como un gigante económico global, posicionándose como el mayor exportador del mundo. Este crecimiento ha sido impulsado por su capacidad para producir una amplia gama de productos, desde electrónica de consumo hasta maquinaria pesada. Esta diversificación le ha permitido establecer y mantener estrechos vínculos comerciales con numerosas naciones.
La dinámica comercial entre China y la Unión Europea ha evolucionado en medio de un escenario global de transformaciones económicas y tensiones geopolíticas. La creciente interdependencia entre ambas regiones se ha destacado en un contexto donde las relaciones comerciales tradicionales se han visto desafiadas y reconfiguradas.
China ha emergido como un actor central en el escenario económico mundial, impulsado por su sólido sector manufacturero y su estrategia de desarrollo centrada en las exportaciones. Su adhesión a la Organización Mundial del Comercio en 2001 marcó el inicio de un rápido crecimiento en sus exportaciones de bienes, transformándola en el principal exportador del mundo en la actualidad. Este ascenso ha sido fundamental para la economía china y ha contribuido a su integración en la economía global.
Es así que la Unión Europea se ha posicionado como uno de los principales socios comerciales de China, junto con Estados Unidos y los países de la ASEAN. La importancia de la UE para China ha aumentado en los últimos años, especialmente en medio de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que han llevado a una disminución de las importaciones estadounidenses. Este cambio ha llevado a China a diversificar sus relaciones comerciales y a fortalecer sus lazos con la UE.
Sus exportaciones a la UE abarcan una amplia gama de sectores, desde la electrónica y la maquinaria hasta los productos textiles y de consumo.