En la búsqueda de una vida plena y satisfactoria, el entorno en el que vivimos juega un papel fundamental. La calidad de vida de una ciudad no solo se define por el acceso a comodidades básicas, sino también por la capacidad de disfrutar de un ambiente que promueva el bienestar integral. En este sentido, la elección del lugar adecuado puede ser determinante. Ciudades que ofrecen infraestructuras sólidas, oportunidades económicas, entornos naturales y culturales ricos no solo mejoran la calidad de vida diaria, sino que también contribuyen significativamente a nuestro desarrollo personal y colectivo.
Bajo esa perspectiva, de acuerdo con el Índice Global de Habitabilidad, Viena ha sido reconocida como la ciudad líder mundial para la calidad de vida, obteniendo una calificación sobresaliente de 98,4 sobre 100 puntos. Mientras que Copenhague y Zúrich completan el top tres, con puntajes de 98,0 y 97,1 respectivamente.
En España, Barcelona destacó como la mejor ciudad según el índice, ubicándose en el puesto 35 a nivel global con 91,4 puntos. Sin embargo, experimentó un retroceso al caer cuatro posiciones en comparación con el año anterior.
Por otro lado, si nos enfocamos en América Latina, Buenos Aires lideró con Montevideo y Santiago siguiéndole de cerca, todas con puntajes que oscilan entre 80 y 90 puntos.
Aunque, las ciudades afectadas por conflictos o inestabilidad social evidentemente ocuparon las posiciones más bajas del ranking, lugares como Damasco, Siria, obtuvo el puntaje más bajo con 30,7 puntos entre las 173 ciudades analizadas, seguida por Trípoli, Libia, con 40,1, y Argel, Argelia, con 42,0. Caracas, Venezuela, también figura entre las peores, con solo 44,9 puntos.
Hay que tener en cuenta que este ranking publicado anualmente por la unidad de inteligencia de The Economist, evalúa diversos aspectos clave como la seguridad, sistema de salud, cultura, medio ambiente, educación e infraestructura.