La desconfianza se manifiesta en varios niveles y tiene profundas raíces históricas que han dejado huellas en la percepción de la sociedad hacia las instituciones y entre los propios ciudadanos.
En el ámbito político, la desconfianza se refleja en la percepción de corrupción generalizada. Muchos países latinoamericanos han enfrentado escándalos de corrupción que han minado la confianza de la población en sus líderes y en las instituciones gubernamentales. La falta de transparencia y la impunidad en casos de corrupción contribuyen a alimentar esta desconfianza, generando un círculo vicioso difícil de romper.
A nivel económico, la desigualdad y la falta de oportunidades también contribuyen a la desconfianza. Muchos ciudadanos sienten que las estructuras económicas favorecen a unos pocos en detrimento de la mayoría, lo que alimenta la percepción de que el sistema no opera en beneficio de todos. Esto se traduce en un escepticismo hacia las políticas económicas y en una desconfianza hacia las instituciones financieras.
Mientras tanto, en el ámbito social, la desconfianza también se manifiesta en las relaciones interpersonales. La desigualdad económica y la falta de acceso a servicios básicos pueden generar tensiones y desconfianza entre diferentes sectores de la sociedad. Además, la inseguridad ciudadana y la violencia en algunos países contribuyen a crear un ambiente de desconfianza, afectando la calidad de vida y la percepción de seguridad de la población.
Gráfica del día: La desconfianza en América Latina
De acuerdo con el estudio Edelman Trust Barometer de 2023, tras analizar las opiniones de más de 32 mil encuestados en 28 países, brinda una perspectiva reveladora sobre la confianza en distintos grupos clave.
En el caso de los cuatro países latinoamericanos estudiados (Argentina, Brasil, Colombia y México), el informe destapa un escenario donde la desconfianza política es evidente: solo el 26% de los encuestados en toda la región deposita confianza en los líderes gubernamentales.
Argentina (16%), Brasil (29%), Colombia (24%) y México (35%) reflejan una falta generalizada de confianza hacia aquellos que ostentan cargos políticos de alto rango. En un contraste notable, los científicos emergen como los líderes más fiables, obteniendo un respaldo del 79% en toda América Latina.
En ese sentido, es fundamental abordar la desconfianza desde una perspectiva integral, promoviendo la transparencia, fortaleciendo las instituciones, combatiendo la corrupción y trabajando en políticas inclusivas que reduzcan las brechas sociales y económicas. Solo a través de un esfuerzo conjunto, que involucre a la sociedad civil, a los gobiernos y a los sectores privados, se podrá construir una base sólida de confianza en América Latina, permitiendo el desarrollo sostenible y el bienestar de sus habitantes.