En un contexto económico global marcado por volatilidades y cambios rápidos, la incertidumbre económica se ha convertido en una preocupación significativa para los jóvenes. Esta realidad afecta tanto a los recién graduados como a aquellos que apenas están comenzando su trayectoria profesional.
La incertidumbre económica entre los jóvenes se debe a una combinación de factores. La inflación creciente, los costos elevados de vida y la inestabilidad en los mercados laborales han contribuido a la ansiedad financiera.
Y es que el desempleo juvenil sigue siendo una preocupación importante. A pesar de la recuperación económica en algunos países, los jóvenes enfrentan tasas de desempleo desproporcionadamente altas en comparación con otras edades. Asimismo, hay que tener en cuenta que las oportunidades laborales no siempre se ajustan a sus habilidades y expectativas, lo que puede llevar a una mayor inseguridad y frustración.
La incertidumbre económica no solo afecta la situación financiera de los jóvenes, sino también su bienestar psicológico. La ansiedad por el futuro y la presión para encontrar estabilidad laboral pueden contribuir a problemas de salud mental. La falta de seguridad económica puede limitar las oportunidades para invertir en educación y desarrollo personal, perpetuando un ciclo de inseguridad.
En ese sentido, en su informe de perspectivas económicas para América Latina, publicado en octubre de 2023, el Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó que, a nivel regional, los riesgos más significativos incluyen un posible resurgimiento de las presiones inflacionarias y un aumento en las tensiones sociales. El FMI señala que, a pesar de los avances realizados en las últimas décadas, la pobreza y la desigualdad siguen siendo altas en la región.
De acuerdo con los datos más recientes de la macroencuesta Statista Consumer Insights, Chile es el país latinoamericano con el mayor porcentaje de jóvenes preocupados por su futuro financiero, alcanzando un 56%. Le siguen Argentina y Colombia, donde casi la mitad de los jóvenes encuestados expresan la misma inquietud. En República Dominicana, Perú, México y Brasil, los porcentajes de jóvenes preocupados varían entre el 36% y el 44%.