A pesar de los retos económicos y políticos que marcaron el año 2024, los latinoamericanos mantienen una visión optimista hacia el futuro. Según una reciente encuesta, son los argentinos quienes lideran el ranking de optimismo en América Latina, con un 53% de la población anticipando que 2025 traerá mejoras, mientras que un 26% se mantiene escéptico. En segundo lugar se ubica Colombia, con un 43% que mira al próximo año con esperanza de cambios positivos.
Sin embargo, no todos los países comparten el mismo sentimiento, pues Perú se presenta como el país más pesimista, con tan solo el 25% de los encuestados creyendo en un futuro mejor en 2025. Esta incertidumbre se refleja también en sus expectativas laborales, donde un 73% de los peruanos anticipa un aumento en el desempleo, vinculado a la inestabilidad política interna.
Por otro lado, Brasil y Argentina muestran un panorama más optimista, con un 35% y un 31% respectivamente de los encuestados confiando en que la tasa de desempleo no experimentará un aumento significativo. Mientras que México se encuentra en el tercer lugar con un porcentaje del 43 %
A nivel global, las perspectivas para el 2025 son más esperanzadoras, con un 71% de los encuestados en todo el mundo expresando un optimismo renovado hacia el próximo año. China destaca por su fuerte confianza en el futuro, con un 87% de sus ciudadanos confiando en que el 2025 será un año de progreso.
Este panorama sugiere que, a pesar de las dificultades del presente, el deseo de superar los obstáculos y mejorar sigue vivo en muchos rincones del mundo, especialmente en América Latina. Las expectativas no solo están impulsadas por un deseo de cambio, sino también por la resiliencia de las sociedades que, frente a la adversidad, siguen buscando oportunidades para un futuro mejor.