En América Latina, el empleo informal es un fenómeno que ha estado presente durante mucho tiempo. Esta situación, se refiere a aquellos trabajadores que no están protegidos por las leyes laborales y no cuentan con ciertos beneficios como es la seguridad social, vacaciones remuneradas o contratos formales.
El empleo informal es una realidad que afecta a millones de personas que a menudo, se ven obligadas a trabajar en condiciones precarias, sin derechos básicos y con bajos salarios, lo cual tiene un impacto negativo en la calidad de vida de los trabajadores y en el desarrollo económico de la región en su conjunto.
En ese sentido, este suceso se caracteriza por la falta de registro y protección legal. Los trabajadores informales suelen estar empleados en el sector informal de la economía, que incluye actividades como son: el comercio ambulante, la venta callejera y el trabajo doméstico no remunerado. Por otro lado, el desempleo también es un factor determinante en la proliferación del empleo informal. Cuando no hay suficientes oportunidades de trabajo formales, las personas recurren al empleo informal como única opción para sobrevivir económicamente.
La pobreza y la desigualdad son factores que contribuyen ya que muchas personas no tienen acceso a la educación o la capacitación necesarias para acceder a empleos formales y bien remunerados, por lo que se ven obligadas a trabajar en la economía informal. Y es que desafortunadamente, en algunos lugares de la región, las leyes laborales no son adecuadamente aplicadas o existen vacíos legales que permiten la proliferación del empleo informal.
Gráfica del día: El empleo informal en Latinoamérica
Según Statista, los trabajadores de la economía informal enfrentan un riesgo entre tres y cuatro veces mayor de caer en la pobreza, y es que debido a la pandemia de Covid-19, una gran variedad de personas tuvieron que emprender de manera informal, pues esta catástrofe terminó con una gran cantidad de empleos a nivel global.
La Organización Internacional del Trabajo, dio a conocer que la fuerza laboral informal representa más de la mitad del total de personas empleadas en América Latina. Con aproximadamente ocho de cada diez trabajadores empleados en el sector informal en 2022, Bolivia tiene el mayor índice de informalidad de la región y uno de los más elevados a nivel mundial.
También en la zona andina, Ecuador y Perú cuentan con más de dos tercios de su población ocupada en empleos asalariados informales. Mientras que México y Brasil, las mayores economías latinoamericanas, este porcentaje asciende hasta un 57 por ciento y a un 39 por ciento, respectivamente.
En el sur del continente, Chile y Uruguay muestran, por el contrario, más empleo formal que informal, ambos con una tasa de informalidad por debajo del 35 por ciento.