El cambio climático es un tema que ha preocupado por varios años, ya que podría afectar negativamente en varios aspectos.
Este hecho se refiere a los cambios grandes y duraderos en los patrones climáticos del planeta. Estos pueden incluir aumentos en las temperaturas promedio, variaciones en los patrones de precipitación y eventos climáticos extremos más frecuentes. Además están estrechamente relacionados con la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, principalmente debido a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles y la deforestación.
En ese sentido, el aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación afectan directamente a los ecosistemas terrestres y acuáticos. Los glaciares se derriten, lo que contribuye al aumento del nivel del mar y amenaza a las comunidades costeras. Los eventos climáticos extremos, como huracanes y sequías, se vuelven más frecuentes y severos, lo que pone en peligro la seguridad alimentaria y la infraestructura.
Gráfica del día: El costo creciente del cambio climático
Desde la década de los 70s, el costo de la vida humana ha disminuido debido a “las alertas tempranas mejoradas y la gestión coordinada de desastres”, según lo describió la OMM. Aún así: “Las comunidades más vulnerables lamentablemente son las más afectadas por los peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua”. Ya que el número de muertes atribuidas a estos eventos entre 2010 y 2019 es de 184 mil debido en gran parte a las temperaturas extremas y, está claro que esto también ha tenido un impacto en la economía de ciertos territorios.
Un informe reciente de la OMM señaló que el impacto económico negativo también es significativo y creciente. Tal y como se observa en las cifras ajustadas por la inflación para las pérdidas económicas atribuidas a los extremos meteorológicos, climáticos e hídricos fueron de $184 mil millones en los años 70s. En la última década, la cifra aumentó a casi 1,5 billones de dólares y seguramente las cifras reales son mucho más altas, ya que se piensa que el 63 por ciento de las pérdidas no se informaron.