El abuso en la edición con Photoshop de portadas de revista, ha promovido grandes movimientos que buscan dejar de lado los estereotipos que estas imágenes promueven con cuerpos delgados o pieles demasiado claras.
Pero mientras ciertas personalidades critican con total seriedad este tipo de incidentes, la edición a la que se someten estas imágenes ha sido la última idea creativa de la reciente portada de GQ.
La revista presentó su edición de comedia donde aparecen Kate McKinnon, Issa Rae y Sarah Silverman, con todo tipo de retoques que ha dejado una suerte de cuerpos amorfos.
Esta portada es ejemplo de cómo se han establecido pautas polémicas dentro del mercado de medios.
La actriz Kerry Washington se lanzó en contra de Adweek en 2016, cuando criticó que la portada en la que apareció de esta publicación, su rostro lucía totalmente distinto al que realmente tiene.
“No soy ajena al photoshopping, ocurre mucho. De una forma, nos hemos convertido en una sociedad de ajustadores de imágenes, ¿quién no ama un filtro? (…) se sintió extraño mirar una imagen mía que es tan diferente a como luzco cuando me miro en el espejo”, señaló en su cuenta de Instagram.
Otro caso ocurrió con la cantante Lady Gaga, cuando posó para la portada de la revista Glamour en su edición de diciembre, 2013.
En esa ocasión, la cantante aseguró verse con una piel “demasiado perfecta”, por lo que advirtió: “yo no luzco así cuando despierto por las mañanas (…) lo que quiero ver es el cambio en sus portadas”, dijo durante el evento que la propia revista organizó, en el que se le reconoció como la mujer del año.
Lena Dunham es otra de las actrices que han denunciado a revistas por haber alterado su imagen en las portadas, solo que este caso fue particular, pues la portada nunca fue editada, haciendo que la actriz diera reversa a sus airadas críticas.