El 2017 no fue un buen año para GoPro, cuyas ganancias continúan a la baja, su venta de cámaras ya no es la esperada y su llegada al mercado de drones fue tardía y poco aceptada por los consumidores.
Durante los primeros días de 2018, GoPro anunció que despediría a cerca de 300 empleados, argumentando que se retiraba del mercado de los drones, no obstante, sus ingresos de 300 millones de dólares en el segundo trimestre de 2017, un alza de 34 por ciento, no compensa las pérdidas del 66 por ciento en 2016.
Además, la compañía anunciaba que se retiraba del mercado de los drones, lo cual resultó perjudicial para la compañía, ya que sus acciones cayeron 23 por cinto tras darse a conocer el anuncio, mientras la firma anunciaba que “seguía buscando un modelo de menor gasto y volverse rentable”.
No obstante, Bloomberg reportó que GoPro contrató a JPMorgan para ponerse a la venta, misma institución que ayudó a la compañía a suscribir una oferta pública inicial en 2014, aunque no está claro si la firma podría tener compradores potenciales.
Asimismo, trascendió que el gerente de GoPro, Nick Woodman, aceptó que una salida para la compañía es “ponerse a la venta o asociación con otra compañía”, aunque tiene planes de seguir siendo independientes.
Y es que a finales de 2017, GoPro había señalado que bajaría los precios de sus cámaras “Black Hero5”, luego de la débil demanda y que esperaba ganancias de 470 millones de dólares, cuando analistas financieros creen que ganará menos de 340 millones de dólares.