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Los aranceles entre Estados Unidos y China están generando migraciones en la producción de hardware.
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Google está cambiando el origen de algunos de sus productos desde China hacia Taiwán.
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Foxconn le dijo a Apple que está lista para migrar el ensamblaje de los iPhone, de ser necesario.
La imposición de aranceles por parte de Donald Trump están empujando a compañías estadounidenses a cambiar el foco productivo: desde China continental hacia otros destinos.
Apple, por ejemplo, está lista para para desarrollar el “Plan T” para que Foxconn, la mayor ensambladora de sus iPhone, cumpla sus tareas en plantas de Taiwán, libres de las tarifas nacidas a partir de la guerra comercial entre las dos mayores potencias.
Un movimiento similar es tomando Alphabet, compañía dueña de Google, que va a trasladar la producción de termostatos Nest y de hardware de servidores fuera de China, evitando así los aranceles y, a la vez, un gobierno cada vez más hostil en Beijing, según publicó Bloomberg.
No es la primera decisión de Google en este sentido: ya trasladó a Taiwán buena parte de su producción de placas madre que tienen como destino a los Estados Unidos, evitando un arancel del 25% que es el que rige para esos productos.
La migración se está produciendo a medida que empresas tanto extranjeras como chinas intentan alejar su producción del gigante asiático.
Es que, por un lado, los aranceles han llegado para quedarse por más tiempo del inicialmente esperado. Por otro, Pekín está mostrando signos negativos hacia las grandes compañías estadounidenses, desde Ford hasta FedEx. Es un reflejo esperado que responde a lo que Trump está haciendo con Huawei.
Ante este nuevo escenario, las empresas estadounidenses, acostumbradas desde hace años a usar a China como su fábrica con mano de obra barata, están explorando alternativas.
Listos para el cambio
Como explicáramos en Merca2.0, Foxconn ya le dijo a Apple que tiene capacidad suficiente para hacer que todos los iPhone que vayan a los Estados Unidos puedan ser elaborados en Taiwán, en fábricas fuera de China.
Si bien la producción de hardware de Google en China es muy marginal si se la compra con los millones de iPhone que Apple fabrica en el gigante asiático, el cambio puede anunciar una tendencia más amplia que llegaría a otras compañías.
Mientras decide esto, Google está presionando al gobierno estadounidense para que le permita seguir suministrando el sistema operativo Android a Huawei, a pesar de que la marca china está en la lista negra de Trump, publicó el Financial Times.
En este sentido, Google le advirtió a la administración Trump que corre el riesgo de comprometer la seguridad nacional de los Estados Unidos si sigue adelante con las restricciones de comerciar con Huawei.
Una versión de Android modificada por Huawei, argumenta Google, podría ser más vulnerable a los riesgos de piratería.
Google dice que al evitar el intercambio con Huawei, los Estados Unidos se arriesga a crear dos tipos de sistema operativo Android: la versión original y la versión híbrida.
Así, es probable que el híbrido tenga más errores, por lo que podría exponer a los teléfonos Huawei a mayor riesgo de ser pirateados, no solo por parte de China.