A finales de enero pasado, Facebook realizó cambios a sus políticas publicitarias en donde una de las modificaciones más comentadas por la prohibición de anuncios y promociones relacionadas con criptomonedas. Ahora es Google quien se suma a esta tendencia y ha tomado mediadas “energéticas” en contra de la publicidad sobre criptodivisas.
Así lo refiere un reciente reporte entregado por la CNBC, en el que el director de anuncios sostenibles de Google, Scott Spencer, indicó que la empresa está cambiando las políticas publicitarias relacionadas con servicios financieros para prohibir cualquier publicidad sobre criptomonedas, incluidas aquellas que tengan que ver con ofertas iniciales de monedas (ICO), billeteras y asesoramiento comercial.
Esto quiere decir que aún aquellas organizaciones con ofertas legitimas de criptomonedas no podrán promocionarse mediante las herramientas de Google tanto en medios propios como externos. Se espera que esta actualización entre en vigor durante junio próximo.
La mediada, de acuerdo con Scott Spencer, responde a que “no tenemos una bola de cristal para saber a dónde irá el futuro con las criptomonedas, pero hemos visto suficientes daños al consumidor o posibles daños al consumidor que es un área que queremos abordar con extrema precaución”.
La decisión contrasta con la creciente cantidad de personas que busca ser parte de la fiebre del Bitcoin. De hecho, una de cada 5 personas compra criptomonedas con crédito, de los cuales el 50 por ciento aún se encuentra pagando, según cifras entregadas por CoinDesk.
Con esto en mente, estimaciones del Centro para la Alternativas Financieras de Cambridge (CCAF, por sus siglas en inglés), indicaban que hasta abril de 2017, existían 5.8 millones de criptomadenas activas, concentradas en 11.5 millones de carteras.
Se cree que una persona promedio cuenta con dos carteras, con lo que es posible inferir que existen entre 2.9 millones y 2.8 millones de usuarios de criptomonedas.
Aún cuando esto podría hablar de riqueza, la realidad es que estamos frente a un espacio no regulado que incentiva el desarrollo de fraudes de todo tipo. Para Google es vital demostrar que su ecosistema publicitario es confiable tanto para anunciantes como para audiencias, con lo que la medida se ubica como una correcta decisión de negocios.