No soy un neófito digital ni pretendo actuar como una persona que no sabe que tanto tracking se hace en los medios digitales. La realidad es que conozco bien las razones por las que hace sentido que Google tenga información de mis hábitos digitales, desde búsquedas más precisas hasta personalización de publicidad. Entiendo que hay un debate sobre este asunto pero en general debo admitir que el usuarios se beneficia más de lo que muchos queremos reconocer.
Sin embargo, estar frente a tu propia información siempre es un shock. Google ha tomado un paso importante hacia la transparencia, mismo que debemos aplaudir. Siempre se puede hacer más pero es un gran comienzo. Con el lanzamiento del llamado Privacy Hub ahora podemos ver exactamente que información está almacenada sobre nuestros hábitos. Desde información de geolocalización hasta el historial de búsquedas.
Algo que llamó de manera poderosa la atención fue la capacidad de asignar a una persona de confianza para que acceda y elimine nuestro historial en caso de nuestra muerte o impedimento. También es posible descargar nuestra información y realizar análisis por nuestra parte, algo muy interesante si somos adeptos al big data.
Entre los elementos destacados de la iniciativa está una herramienta que permite hacer una auditoría de seguridad y revisar de que forma se comparte nuestra información y quien puede acceder a ella. Desde preferencias en redes sociales hasta apps compartidas.
Este nuevo Privacy Hub es un acierto en el camino por restablecer la confianza de los consumidores y una estrategia que Facebook debería de analizar. No sólo se trata de controlar tu nivel de privacidad, el objetivo es poder eliminar y administrar la información.