Gmail tiene mil millones de cuentas activas. El dato es de Statista y muestra un crecimiento geométrico desde 2012, cuando sumaba “apenas” unas 350 millones.
La mayoría de los usuarios está conforme, el progresivo cambio desde Hotmail y Yahoo –los correos que fueron pioneros a comienzos del siglo 21 y que perdieron con el producto de Google– lo demuestra.
Sin embargo, esta es la historia de un hombre que no está nada satisfecho con el servicio que brinda Alphabet, la compañía dueña de Google, que a su vez gestiona Gmail. Es que desde hace casi dos años está intentando recuperar su cuenta, la que a compañía estadounidense le cerró en agosto de 2016.
Se llama Lucas Busso, es un ingeniero industrial argentino de 34 años al que “Google le cerró su cuenta de Gmail sin demasiada explicación. Sin acceso a ella, perdió más de 400 mil fotos y videos, y cientos de documentos que almacenaba allí. Y pagando: le daba a Google 99 dólares por mes por un servicio premium que aumenta la capacidad de la cuenta de correo”, publicó La Nación.
El hecho ocurrió cuando estaba en Nevada, Estados Unidos, participado durante 10 días de Burning Man, un festival que se hace en el desierto. Era 2016. El encuentro ya había terminado y cuando volvía e intentó conectarse a Gmail, no pudo.
Primero creyó que era un error, luego que lo habían hackeado, pero finalmente lo supo: Google le inhabilitó la cuenta. “No me acuerdo haber estado con una desesperación así en mi vida”, le dijo Busso al medio argentino. “Su fanatismo por lo servicios digitales de Google había empezado en 2005. Aún antes de Google Fotos. Empezó etiquetando y digitalizando sus imágenes en Picasa, aquel viejo servicio de fotografías que el buscador terminó absorbiendo. Hasta el momento de la inhabilitación, tenía al menos 400 mil fotografías. Muchas de ellas eran digitalizaciones de viejos recuerdos”, resume el medio.
¿Qué tenía a través de Google? Todo.
- Miles y miles de fotos
- Facturas emitidas para la AFIP (ente recaudador de impuestos de Argentina)
- Partituras
- Bitcoins
- La cuenta de PayPal
- Sus trabajos en Google Sheets
- El flujo de caja de la empresa donde trabaja
- La vinculación con la bancaria y casi todas las aplicaciones
Después de meses de no tener una solución (Google Argentina se desligó del problema y le dijo que debía remitirse a Google Inc 1600 Amphitheatre Parkway, Mountain View, California, Estados Unidos de América), decidió ir a la Justicia argentina.
Lucas Busso pagaba 99 dólares por mes para tener más espacio en Google. Un día, le cerraron su cuenta. Hace dos años busca recuperar toda su información. Mi nota hoy en @LANACION https://t.co/y4BgGt0lM0
— Sebastián Davidovsky (@vidusky) 23 de marzo de 2018
El abogado de Busso, Martín Bezruk, dijo a La Nación: “Si bien para la ley de sociedades argentina se trata de dos personas jurídicas diferentes [Google Argentina y Google Inc], en el manejo de sus negocios la empresa local no es más que una sucursal de la casa central de Google Inc y, como consumidor de un servicio prestado en Argentina, es evidente que la empresa local debe responder por los daños causados por quien resulta ser su controlante. Así lo establece la ley nacional, al regular las relaciones de consumo”.
No hay antecedentes en la Justicia argentina por casos similares. Hay por acciones fraudulentas con publicidad, pero no por cerrar un Gmail.
Busso dice que no quiere dinero, sólo recuperar el acceso a los 5.000 GB que tenía.
Además, claro, quiere saber qué hizo mal para que le inhabilitaran la cuenta. Lo que ha dicho Google hasta ahora es que “la cuenta fue suspendida por no cumplir los términos y condiciones”, pero en la lista hay causas variadas (desde el uso de spam y la distribución de software malicioso, hasta cometer fraude o suplantación de identidad), por lo que se necesitaría el detalle, algo que Google –por ahora– no responde.
Más detalles de la historia.