Por: Fernando Rosas
Twitter:@Fer68
Una nueva burbuja tecnológica cobra cada día mayores dimensiones —en mayor parte, como siempre, gracias a los medios—. Se trata de lo que definiremos hoy como el mundo de lo “smart”: desde phones, watches, glasses, rings, cars y hasta wigs (¡pelucas!.. sí, ya existen propuestas para pelucas inteligentes capaces de medir los signos vitales de sus usuarios y con las que se pueden conectar al celular).
Sin embargo, luego de lo aprendido durante la burbuja de las puntocom que corrió entre 1998 y 2002, la cautela hoy nos hace cuestionarnos si es que existirán negocios rentables dentro de este nuevo universo tecnológico.
Y esta duda, surgió a propósito de que la semana del 22 de noviembre se lanzó el Glass Developers Kit de Google, cuya meta es incorporar lo antes posible creatividad y funcionalidades respecto de las aplicaciones orientadas a los usuarios del dispositivo. Si no fuera por ellas, las gafas que orgullosamente portan Sergei Bryn, todos sus colegas y varios de sus seguidores pues no pasaría de ser un mero artefacto más en la cabeza.
Pues bien, respecto de la duda planteada, la primera respuesta es que la mejor parte del negocio sin duda será para los fabricantes y distribuidores del producto y de su software central. Sí, la venta del dispositivo promete estar garantizada y convertirse en un fenómeno similar a lo que fueron Palm Pilot, Blackberry y iPhone a su debido momento.
Segundo, para los creadores de aplicaciones el terreno ya no se aprecia tan llano, dado que el negocio de las aplicaciones en la industria de los teléfonos celulares no ha demostrado ser lo que se supone que sería y en este tenor, no se tendría porque creer que en el de los smartglass fuera diferente.
En la actualidad, a primera vista se distinguen cuatro modelos de negocio en el mundo de las apps: uno, los que dan la app gratis y ganan dinero por la publicidad que se despliega en ella, aunque también se aprecia mucho intercambio en ella; dos, aquel que la ofrece gratis pero que tienen una serie de upgrades adicionales que se cobran y agregan funcionalidades para hacer más completa la experiencia de usuario; tres, las que se venden de entrada porque su utilidad ha demostrado el valor entre sus usuarios o porque son pruebas reales de entretenimiento sin parangón y sus actualizaciones pueden venir gratis; y por último, las que cada año sacan una aplicación sobre el mismo título, pero mejorada y cobran por ello. FIFA de EA Sports es el mejor ejemplo de lo anterior.
Total que el éxito de esta nueva burbuja de los smart dependerá al final de la velocidad en el incremento de su masa crítica en usuarios, pero la verdadera ingeniería estará en saber cómo se le podrá sacar mayor provecho desde el ámbito monetario, y a lo anterior se suma que Google no estará sólo en esta competencia y acá se demuestran un par de ejemplos que surgieron durante este mismo año:
1. Recon Jet en la mira de los deportes
Denominado como el primer heads-up display (HUD por sus siglas en inglés, cuya traducción al español resulta imprecisa, larga y chocante) en realidad son unos anteojos para la práctica de los deportes, creados por la empresa Recon Instruments, de Vancouver, Canadá.
El nombre del gadget es Recon Jet y se ofrece a un precio de $499.00 dólares, el cual se entrega con aplicaciones diseñadas para ciclistas y triatlonistas.
Mediante su conectividad inalámbrica, el atleta puede acceder a información crítica como el ritmo cardiaco, cadencia, velocidad, distancia, tiempo, grado de pendiente, potencia generada al paso, entre otros, que bien podrían ser datos patrocinados por una marca involucrada.
Además permite al usuario mantener comunicación con su equipo, compañeros o familiares mediante un caller ID y mensajes de texto operados oralmente. Incluso, el dispositivo tiene la capacidad de subir imágenes e información a sus redes sociales durante la actividad.
Recon Jet with George Hincapie from Recon Instruments on Vimeo.
2. OrCam mira e interpreta para el usuario
Estas gafas son de gran ayuda para los débiles visuales. Interpretan aquello a lo que el usuario apunta y mira, de manera que entiende la información que desea saber después de que el dedo del portador señala los objetos que quiere descifrar y se lo dice al oído mediante un audífono conectado a la micro computadora que viene con el OrCam.
OrCam puede reconocer caras, leer textos, identificar objetos, lugares y facilita la vida de la gente, incluidas personas que tengan problemas de memoria o dislexia.
3. Y del Google Developers Kit
Y para finalizar, basta decir que a estas alturas ya no es un misterio que Google liberó el Glass Developers Kit, que consiste en una serie de herramientas y tutoriales que ayudarán a los interesados en desarrollar funcionalidades y aplicaciones en favor de su producto más esperado.
Los videos y documentos que fueron distribuidos versan sobre cuatro temas centrales que son:
Uno, lo relacionado con el diseño, con lo que es posible aprender todos los lineamientos y las mejores prácticas para que los usuarios puedan interactuar con mayor facilidad respecto de todo lo que sea el Glassware.
Dos, las opciones para el desarrollo que se divide en tres formas de Interfaz de Programación de Aplicaciones (API por sus siglas en inglés), una denominada GDK, la otra Mirror API, y la tercera es una combinación de ambas.
Tres, lo relativo a la distribución en el que se revisan temas respecto a la usabilidad, la privacidad y otros temas para asegurar que las aplicaciones propuestas sean seguras para los usuarios.
Cuatro, se trata de un laboratorio que permite experimentar con el contenido que se despliega en Glass, en el que intervienen los proxis, librerías y otros activos del sistema.