Con la idea de ahorrar US$ 1.000 millones en 2018, la compañía estadounidense lanzó un plan de recorte de empleo. Todo en el marco de las dificultades que tiene para crecer en un escenario donde la energía parece buscar nuevas fuentes de aprovisionamiento.
“Los mercados tradicionales de electricidad, incluidos el gas y el carbón, se han suavizado”, dijo GE en un comunicado y publicó Reuters, detallando que las novedades fueron confirmadas por fuentes sindicales en Suiza y Alemania, dos de los países que serán de los más golpeados por los despidos.
“Esta decisión es dolorosa, pero necesaria para que GE Power responda a los problemas que tenemos en el mercado de energía, que está generando volúmenes significativamente menores en productos y servicios”, dijo Russell Stokes, director de GE Power. “Esperamos que este plan nos posicione mejor para 2019 y más allá”, agregó.
El texto del comunicado de prensa de GE.
“Habrá despidos en un tercio de la fuerza de trabajo en Suiza y lo mismo pasará con el 16 por ciento de su personal en Alemania”, asegura Reuters.
General Electric to shed 12,000 jobs https://t.co/oLcYpUUiVL
— BBCWorldBiz (@BBCWorldBiz) 7 de diciembre de 2017
¿Qué le pasa a General Electric?
Es simple: en los últimos años cayó dramáticamente la demanda de nuevas centrales térmicas en todos los países ricos y otros clientes de servicios redujeron sus inversiones debido al deterioro del mercado y a la incertidumbre sobre las futuras medidas de política climática. “Apenas se han encargado nuevos proyectos de centrales eléctricas en Alemania en los últimos años”, asegura GE.
Para peor, la mayor competencia asiática también aumentó la presión (hacia abajo) de los precios de los productos y servicios que venden.
General Electric to cut 12,000 jobs in its power division https://t.co/rjVUTCF9Kq
— USA TODAY (@USATODAY) 7 de diciembre de 2017
Los problemas no son sólo para General Electric, su rival, Siemens, está en un proceso de recorte de cerca de 6.900 empleos, lo que representa cerca del 2 por ciento de su fuerza de trabajo global. Igual que GE, lo está haciendo en sus divisiones de energía y gas, que son las que más rápido se han visto afectadas por el rápido crecimiento de las energías renovables.
Hace unos días, John Flannery, el nuevo consejero delegado de General Electric, decía: “Se acabaron las vacas sagradas en Wall Street. Es necesario un cambio de cultura a todos los niveles. Mirar al pasado no es productivo”.
“La crisis que sufre el grupo es tan profunda que le va a llevar a desprenderse de su producto más icónico: las bombillas de luz”, analiza El País, comparando que para GE, dejar de fabricar ese producto es como si “si el operador de telecomunicaciones AT&T renunciara al teléfono o el fabricante General Motors decidiera seguir adelante sin Chevrolet”.
La idea de GE es concentrarse en los negocios de aviación, salud y energía para simplificar y concentrar su estructura. “Eso le llevará a salir de negocios como las locomotoras, como ya hizo con los electrodomésticos y la producción de plásticos. En paralelo debe hacer funcionar la masiva compra de Alstom, que rinde por debajo de lo esperado”, describe El País.