Por Paco Santamaría y Anaí Aguilar
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Paco X. Sondeando por ahí, reuní algunas palabras para que algunos X como yo podamos entender mejor una conversación de los Y. ¿Tienes más palabras?
1.Randy: sust. o adj. palabra que se usa para decir que algo o alguien es raro.
2.Cool: literalmente en inglés significa frío, pero hoy se usa para determinar cuando algo nos gusta o parece bueno; “que padre = que cool”.
“El cool es un género musical del jazz que se desarrolla durante la década de 1950. El estilo adoptó, muy tempranamente, la denominación alternativa de West Coast Jazz”.
3.Awkward: adj. dícese cuando una situación es incómoda. También se pude usar para personas. Es cuando estás en una situación rara pero chistosa.
4.Dude: sust. Originalmente dude era el nombre que se le daba a una persona del área urbana que no sabía mucho de la vida en el campo, hoy se usa para decir “güey” Este término fue comúnmente utilizado por adultos de mediana edad pero su popularidad ha incrementado en los últimos años (2008).
5.Btw: abreviación para “by the way”; para añadir cualquier comentario a una conversación ya establecida.
6.Stalker(sust): Persona que “acosa” o te busca demasiado de una manera intensa.
7.Taggear(verbo): Se usa gracias a Facebook, nombrar o señalar a una persona. Todo un nuevo concepto de vida: estar o no taggeado.
Anaí Y. En realidad hay varios términos, que ya mencionaste, que me encantan, y van muy ligados a los avances tecnológicos y culturales que definitivamente se concentran en la gente joven, porque tienen la facilidad de adaptar y crear nuevos lenguajes, nuevas formas, nuevos conceptos. Palabras existentes, aplicadas a situación cotidiana; fácil. Con todo y todo, he tenido que explicar palabras conocidas y sin alguna complejidad de entender, pero que por algún motivo causan estrés en gente mayor: desde el brother (para referirse, llamar o tratar a una persona, en vez de utilizar “wey”) el popular (para referirse a una situación, cosa o persona que abarca lo “nice”, lo “cool” y lo atractivo) hasta el petardo (calificativo que define la personalidad, físico, la capacidad verbal, capacidad motriz de una persona).
Paco X. ¿Por qué crees que las palabras van cambiando según las generaciones? ¿Por qué cada generación usa su propio código?
Paco X. Así es. Un reflejo de lo que somos. Siempre he dicho que ustedes los Y son más pragmáticos, orientados a resultados, prácticos, administrados y utilitarios. Nosotros en cambio, somos rolleros, retóricos, bloferos, pretenciosos, aspiracionales y choreros. Todo esto es un reflejo del lenguaje que usamos. ¿Menos es más no?
Anaí Y. Hoy sí. ¿Para qué utilizar más de 5 adjetivos calificativos si podemos resumirlos en uno? Hoy también nosotros nos creemos creadores, ya no solo seguimos y recibimos ordenes; los Y nos sabemos líderes, nos consideramos activistas, y lo demostramos creando e ideando nuevos ritmos. ¿Te genera estrés no entender una plática de Y’s?
Paco X. Procuro entenderlos todos los días, descifrar su código porque son el futuro en todos los sentidos. Nuestra oficina está lidereada por una Y de 20 años. Celebro que se la crean. Necesitamos menos rollo y más manos para ser mejores. Y no me molesta en absoluto aprender a hablar en Y. Claro asumiendo mi edad y entendiendo todos los días que no soy un forever.
Anaí Y. Sí eres un forever! Acéptalo, para aprender ese lenguaje, tienes que aprenderlo de un Y, a fuerza; para aprenderlo, tienes que convivir con él.
Paco Y. Gracias a Anto por enseñarme lenguaje Y todos los días.
Sobre los autores de este texto…
Paco Santamaría (especialista en youth marketing) tiene 36 años y es sagitario. Estudió comunicación y un posgrado en producción audiovisual en Madrid, España. Ha sido telefonista en atención a clientes, entrenador y facilitador, consultor, maestro, analista, gerente, director, vendedor, documentalista, productor, periodista, bar tender, mesero, copy, mercadólogo, freelance, investigador, RP y empresario. Es un sibarita de tiempo completo y un soñador.
Anaí Aguilar tiene 19 años y es virgo. Estudia creación y desarrollo de empresas. Su crecimiento personal empezó hace cinco años como niñera, su crecimiento espiritual hace dos años con clases de yoga, su crecimiento profesional hace tres años en una empresa de publicidad, y su crecimiento intelectual hace un año en la universidad. Hoy, es una soñadora pero activista, que cree en la energía positiva de la gente.