Desde que Donald Trump comenzó mejorar sus mediciones en las encuestas en la campaña que luego lo llevarían a la presidencia de los Estados Unidos, México empezó a tener relevancia en las mediciones de las grandes calificadoras de riesgos.
Más aún cuando el republicano llegó a la Casa Blanca, Moody’s, S&P y Fitch (consultoras de cuyos análisis las grandes compañías toman decisiones para invertir o no) comenzaron a publicar estudios más detallados de las perspectivas económicas de México y de la situación de la deuda externa del país.
Estas publicaciones, además, determinan en gran medida el costo de financiación de un país. Es decir, la tasa de interés que el país y sus compañías conseguirán a la hora de salir a pedir dinero en el exterior.
En este escenario, Moody’s, quizás la agencia más conocida de las tres, mejoró este miércoles –de negativa a estable– la perspectiva de la deuda soberana mexicana. La consultora basa la decisión en tres puntos:
- El menor riesgo de ruptura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
- Las reformas estructurales puestas en marcha en el último lustro que, según Moody’s, “elevan la resiliencia de la economía mexicana y contribuyen a la moderación de la deuda pública”.
- La “baja probabilidad” de que el gobierno de México que gane las elecciones en julio dé un giro de 180 grados en la política económica.
“Aunque las elecciones del 1 de julio están generando incertidumbre política, creemos que la probabilidad de que la próxima Administración, mediante un cambio agudo en la dirección de la política [económica], debilite los fundamentales de crédito de México, es baja”, dice el texto de los analistas de Moody’s en el comunicado que tradujo El País. “Cualquiera que sea el candidato y el partido que gane las elecciones presidenciales y legislativas, de ningún modo está claro que puedan modificar la dirección de la política o revertir las reformas ya implementadas”.
La calificadora argumenta que esto es porque hay “controles y equilibrios”, lo que lleva los riesgos de crédito a la baja.
“La afirmación de las calificaciones A3 de México refleja las fortalezas crediticias que compensan los indicadores de gobernabilidad débil en comparación con los países clasificados de manera similar”, dice El Universal al analizar el informe de Moody’s.
El análisis de Moody’s llega después de que una de las principales competidoras, Fitch, alertara a mediados de marzo de la “volatilidad financiera” que podría derivarse del proceso electoral.