Este domingo se han celebrado las elecciones presidenciales en España, en las que estaban llamados a votar más de 36 millones de ciudadanos, para elegir a los 350 diputados al Congreso y a los 208 senadores de la XI Legislatura en 38 años de historia democrática, con la particularidad de romper por primera vez con el bipartidismo que había imperado hasta el momento.

Los resultados, con el 90,3 escrutado han sido:

Los datos de estos comicios distan mucho de las elecciones generales de hace cuatro años, cuando el Partido Popular y el PSOE, obtuvieron un 44,62 por ciento y un 28,73 por ciento de los votos, que se tradujeron en 186 y 110 diputados respectivamente.

Mientras que en esta ocasión, y por primera vez en la historia democrática moderna de España, son cuatro los partidos nacionales que obtienen cerca o más de un 15 por ciento de los votos, para conformar un nuevo y ‘surtido’ panorama político

Las expectativas estaban servidas, pues las encuestan anunciaban, como así ha sido, que ganaría el PP, pero sin lograr una mayoría definida entre los diputados, que pueda darle la victoria directa a su candidato, el actual presidente español, Mariano Rajoy; pues son estos quienes eligen al primer mandatario, en un proceso denominado investidura, para luego ser nombrado por el rey de España, ante el cual se juramenta.

Pero además, el panorama se ha visto aderezado por, los que han sido denominados partidos emergentes, es decir Podemos y Ciudadanos, que han sido los receptores de un gran porcentaje de los votos que han descontado los partidos tradicionales como el PP y el PSOE y que les han colocado en segunda y cuarta posición en número de votantes, aunque en el caso de podemos quedan en tercera posición en numero de votantes debido a las zonas en las que han obtenido más votos y que determinan el número de diputados.

El escenario que ha dejado la participación del 73,15 por ciento de votantes, es la necesidad de pactar, unos partidos con otros, para poder determinar quien será el presidente según el numero de diputados. Y es que se necesitan al menos 176 para poder tener la mayoría que permita a alguno de los candidatos convertirse en el presidente del gobierno español.

Los analistas señalan que los pactos más probables, por ‘afinidad’ de ideas serían el del PP con Ciudadanos, o el del PSOE con Podemos y otros partidos minoritarios, y aunque antagónicos, y poco probable, hay quienes se animan a pensar en un pacto entre PP y PSOE con tal de no dar más espacio a los partidos emergentes. En estos momentos, en España, nadie se arriesga a vaticinar cual será el pacto final, pues además las organizaciones políticas se han distinguido por no querer dar pistas sobre sus posibles alianzas, cuando no se han expresado en contra de estas. Cabe incluso la posibilidad de tener que volver a realizar unos nuevos comicios presidenciales.

Por ahora queda todo por definir, tras estas elecciones presidenciales en las que el desgaste de bipartidismo se ha hecho evidente frente a los partidos emergentes, que tienen a partir de ahora un rol que puede ser fundamental en el nombramiento del nuevo presidente de España.