Entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre tendrá lugar en Buenos Aires una nueva edición de la cumbre del Grupo de los 20 (el G20).
En ese marco, donde habrá líderes mundiales como Donald Trump, Angela Merkel, Emmanuel Macron y Xi Jinping, entre otros, se terminarán de cerrar algunos acuerdos que pueden recalentar la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China.
Uno es el que Argentina y China pretenden anudar este fin de semana para la construcción de una planta de energía nuclear. El proyecto, de miles de millones de dólares, cimentaría la influencia cada vez mayor de Beijing en territorio latinoamericano, desde siempre países aliados clave de los Estados Unidos.
Se trata de la construcción financiada por los chinos de la central nuclear Atucha III, que será anunciada durante la visita de estado del presidente chino Xi Jinping el domingo 2 de diciembre, el día después del cierre de la cumbre de líderes de las naciones industrializadas del G20.
El acuerdo, aún no cerrado de forma definitiva, es por un valor de 8.000 millones de dólares, y es visto como fundamental para el fortalecimiento de los lazos económicos de China con Argentina.
Para Beijing, en tanto, es parte del programa –mucho más amplio– de desembarcar cada vez con más fuerza en América Latina, algo que alarma a los Estados Unidos, que “considera a la región como su patio trasero”, como lo describe Reuters.
Esto ocurrirá mientras el foco en Buenos Aires estará dado en la reunión entre Trump y Xi, al margen de la Cumbre del G20, donde se esperan definiciones sobre si continuará la escalada de la guerra comercial de los dos países.
Como parte del acuerdo entre China y Argentina, se espera que se confirme el canje de divisas (Swap) por un monto que es el doble del existente. Se expandiría hasta US$ 18.700 millones, lo que convertirá a China en el mayor prestamista no institucional de Argentina.
Hay que recordar que el FMI acordó financiarle al país que gobierna Mauricio Macri US$ 58.000 millones.
Un mercado enorme
China es el principal importador de soja argentina, el mayor cultivo comercial del país y responsable de gran porcentaje del ingreso de divisas. En los últimos 10 años, también emergió como un importante financista de proyectos de infraestructura ya que ofrece tasas de interés bajas (de entre el 3 y el 4 por ciento).