Reino Unido.- Kentucky Fried Chicken y Negrito de Bimbo son sĆ³lo algunas de las muchas marcas que han optado por cambiar su nombre a fin de lograr un mejor posicionamiento entre los consumidores, pese a que en el mundo del futbol moderno prĆ”cticamente todos los equipos se comportan como marcas los cambios son mĆ”s difĆciles de realizar y es donde se impone la tradiciĆ³n al mercantilismo.
En los Ćŗltimos aƱos los grandes empresarios Ć”rabes han comenzado a invertir en el balompiĆ© europeo con resultados bastante positivos (vĆ©ase el caso del Paris Saint-Germain o el Manchester City), pero esto se debe en gran parte al respeto que han mostrado por la identidad de estos equipos, algo que los fanĆ”ticos han valorado de gran manera.
Caso contrario sucediĆ³ con el Hull City Association Football Club y su dueƱo Assem Allam, quien ansioso por ganar mĆ”s dinero optĆ³ por renombrar al equipo como āHull City Tigersā, situaciĆ³n que no fue aceptada de la mejor manera por los fanĆ”ticos del equipo, quienes incluso se manifestaron en contra de la decisiĆ³n tanto en las redes sociales como en las gradas del estadio.
Allam fundamentĆ³ su decisiĆ³n al indicar que, āen el marketing, mientras mĆ”s corto es el nombre, mĆ”s poderoso se convierteā, como prueba de ello tenemos IHOP y no Internacional House Of Pancakes, IBM y no International Business Machines Corporation; sin embargo para los fanĆ”ticos simplemente fue una decisiĆ³n que venĆa a alterar 110 aƱos de historia.
Aunque finalmente la FederaciĆ³n Inglesa de Futbol denegĆ³ al empresario cambiar el nombre del equipo, Allam deberĆa de pensar muy bien su estrategia, ya que si bien un cambio de nombre podrĆa traerle nueva aficiĆ³n, tambiĆ©n significarĆa decirle adiĆ³s a muchos de los fanĆ”ticos con los que cuenta actualmente, y siendo honestos, Ć©se es un lujo que el Hull City no puede darse, al menos por ahora.