El profesional del marketing tiene claro lo que quiere lograr con una estrategia y hace todo por llegar a su meta; sin embargo, la respuesta depende del consumidor, principalmente, y de factores que en ocasiones no puede controlar.
De ahí, que sea necesario medir lo que está ocurriendo con ella. Existen elementos básicos con los que el mercadólogo puede averiguar si su estrategia fue efectiva o no, y gracias a la tecnología, cada vez es más preciso entender lo que ocurre con ellos.
Key Performance Indicator (KPI), es una unidad de medida de negocio que se utiliza para evaluar elementos clave de éxito dentro de una organización, de acuerdo con el giro comercial de la empresa.
Este aplica ayudan a conocer el estado actual de diferente tipo de negocios con ayuda de sus metas cumplidas o proyectos.
Bounce rate, que mide el porcentaje de sesiones en las que el usuarios de internet ha abandonado el sitio o entran sin interactuar con la plataforma, funcional también en e-mail marketing y marketing digital.
Tiene dos variaciones: el Soft bounce (centrado en los correos que no llegaron a su destino a causa de una bandeja de entrada llena o la vigencia de un servidor) y hard bounde (mails que no fueron entregados porque la plataforma o la dirección ya no existe).
ROI: el Retorno de Inversión, traduce el costo-beneficio de una campaña, para averiguar si es rentable o hay que modificarla, en su defecto, cambiarla. Resulta importante determinar los resultados que una acción de experiencia refleja en la satisfacción del cliente, la conversión de audiencias potenciales a clientes y el cumplimiento de los procedimientos comerciales.
Tráfico: la cantidad de views que se tiene en un determinado tiempo, indica el nivel de posicionamiento de la marca y el alcance de la estrategia.
Conversión: se trata de transformar el tráfico digital en clientes potenciales, captar la atención de la audiencia para traducirla en ventas.