Uno de los temas que sobresalen ante un accidente aéreo es la caja negra, pues almacena datos que permiten analizar cuáles fueron los elementos que pudieron haber desencadenado determinada falla. Sin embargo, su nombre dista de describir el aparato tal cual es.
Situaciones como la perdida del avión de Malaysia Airlines en el año 2014, el vehículo aéreo estrellado de Dana Airair en 2012, el impacto del Airbus A321 de Airblue y el acontecimiento de Airfrance, llegan a dirigir las miradas del consumidor a la caja negra, o bien al registrador de vuelos.
Estos aparatos se basan en dos elementos que son de gran ayuda al momento de determinar la razón de un accidente aéreo, uno de ellos es el sistema de grabado de voz, que almacena todos los sonidos que emite el piloto 30 minutos antes del incidente y, en segundo lugar un mecanismo que guarda los datos del vuelo, como por ejemplo altitud registrada y velocidad promedio.
Por lo contrario a lo que se cree, el color que en realidad tiene este elemento es naranja o rojo, y recibe el nombre por la situación en la que son requeridas, accidentes aéreos. Al igual, hay que destacar que no sólo existe una caja negra dentro del avión, sino que son dos.
La caja negra ha ayudado a determinar la razón por la cual ocurren accidentes aéreos y así minimizar el porcentaje de ellos. Asimismo y de acuerdo con Statista, el número de estos incidentes en el año 2015 fue de 33 alrededor del mundo, misma que descendió a 16 en el año 2014.
Hay que agregar que no siempre se ha seguido este patrón de reducción de imprevistos, pues entre el año 2012 y el 2013 se registro un aumento de cuatro de ellos, caso similar entre el 2009 y el 2010.
Sin embargo, las ganancias que registra esta industria son significativas, pues la Dirección General de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) arroja que fueron de 16 mil 400 millones de dólares en el año 2014.