“¿Cuánto años conservas tus calzoncillos?, ¿Sabes que hay uranio enlatado? y… otros curiosos temas”
Gustos, tendencias, deseos de compra son, entre otros, elementos entrópicos que fácilmente tendemos a dar por sentados cuando pensamos en los comportamientos de los consumidores objetivo ante productos o servicios que deseamos promocionar, a veces este comportamiento es algo ‘Friki”. Creemos erradamente que son éstos fácilmente predecibles garantizando lanzamientos.
En mis búsquedas y escritos del comportamiento del consumidor, he podido detectar infinidad de productos atípicos que seguramente habrían sido descartadas de los estudios de mercado por Friki y que, sin embargo, fueron posteriormente exitosos. Por otro lado, todos hemos podido detectar comportamientos de consumidores previamente pensados como verdaderos que, a la postre, resultaron completamente falsos o al menos diferentes. Conceptos como, “amabilidad hacia los clientes”, “higiene personal”, “pureza de espacios de alimentación”, “buen gusto” y “limitacion a asociaciones lingüísticas con temas prohibidos” entre otros, han sido considerados como los aspectos más importantes para la generación de rapport con el cliente cuando, curiosamente, lo contrario o FRIK, también es real y hoy enfrentamos la desmitificación de conceptos considerados “hechos”.
Justo en el momento que concluyes que lo sabes todo sobre el mercado y sus apetitos en cuanto a productos, nos enteramos, merced a un flamante estudio elaborado en Inglaterra, que los hombres tendemos a conservar nuestros calzoncillos un promedio de siete años. ¡No puestos sino el cajón de la cómoda por supuesto!. “Se que tengo la tendencia de guardar y usar calzoncillos que tienen hoyos pero no me molesta” manifestó -sin mucha pena- uno de los entrevistados mientras que otro comentaba: “La verdad me da flojera ir de compras por ropa interior; es más cómodo que lo hagan por uno”. ¿No será la ropa interior la próxima tendencia en regalos apropiados para hombres sustituyendo aquellos pañuelos de cuadritos que obsequiábamos a nuestros papás? ¿No valdría la pena crear una aplicación de surtimiento de ropa interior para hombres a domicilio?
Las chicas son mucho más selectivas con sus prendas cuando se trata de cambiar guardarropa íntimo. En un blog llamado “The Student Room”, las chicas confesaron deshacerse de sus prendas intimas cada (máximo) dos años en partes superiores y un año (máximo) en inferiores. Los mismo sucede con los zapatos de calle, en estudios realizados, se pudo descubrir que los hombres encontramos mucha dificultad en deshacernos de nuestros zapatos, especialmente cuando ya no nos encontramos en esa época de la vida que nos mantiene ocupados en la búsqueda de pareja u empleo. Una vez establecidos (practica y/o emocionalmente), nuestros zapatos tienen a ser reemplazados sólo cuando muestran signos inequívocos de vejez. Los hombres se encuentran menos interesados en cambios de zapatos por moda, “salvo en los deportivos”. Las mujeres, sin embargo, toman decisiones de compra de calzado basadas en moda y/o eventos. Aunque no necesariamente se desprenden de los zapatos, si los incrementan en relación a nuevas tendencias y prendas de vestir combinadas.
En los primeros años de la década pasada en México DF, fueron entrevistados hombres y mujeres saliendo de probadores. Se les cuestionó sobre las motivaciones de compra de calzado o vestido. En en más del 70%, ellas manifestaron estar motivadas por un evento próximo (boda o recepción) o moda mientras que los hombres, por remplazo de prenda anterior y mera utilidad.
The New York Times publicó un artículo sobre chicos de de trece a diecisiete años que en Manhattan hacían rutinariamente operaciones tipo “bolsa de valores” con zapatos tenis de alto costo en vez de acciones de bolsa produciendo considerables ganancias.
Hablando de experiencias Friki en tiendas, si antes odiábamos a los altaneros vendedores de piso en locales exclusivos de lujosas marcas como: Louis Vuitton, Channel, Fendi o Ferragamo, hoy deberíamos despreciarlos más. Una reciente investigación sacó a la luz un desconcertante hecho: Mientras más altanero, antipático y sabiondo parece ser el emperifollado vendedor, más tratamos -los potenciales compradores- de impresionarlo adquiriendo los productos, inclusive, más allá de nuestras posibilidades económicas en un afán, según el estudio, de demostrarle al susodicho que (él o ella) se están enfrentando con una persona que “las puede de todas todas y que no se impresiona fácilmente por marca y precio”. No cabe duda que del odio al amor sólo hay una etiqueta de precio colgando de una manga y una gran necesidad de impresionar a un desconocido que igual… no volveremos a ver jamás.
Richard Cialdini en su libro (ya citado por mi antes) “La Psicología de la Persuasión” habla de la autoridad como fuente de influencia. Las personas que ejercen, diría yo, “exhuman” autoridad, tienen un enorme bagaje de fuerza para influenciar a las personas hacia la toma de decisión. Arreglo, seguridad, pedantería, autoestima evidente etc, son elementos que ejercen enorme influencia.
En cada hogar hay ambientes sagrados. Algunos de estos espacios tienen -por su naturaleza- funciones diametralmente opuestas e igualmente placenteras, como es el caso del comedor y el baño. Esto es aún más importante y delicado en lugares públicos. Sin pretender ser escatológico, he de comentarles un hallazgo muy Friki en Taiwan que pone en tela de juicio esta división aunque… antes me es importante preguntar: ¿Comerían sentados en una taza de baño como asiento comiendo sopa de un platón con forma de urinal?. Pues muchas personas en un restaurante de Taipei llamado “Modern Toilet”, encuentran esto como un entretenimiento cotidiano. Las tazas de baño son usadas como asientos, los platos de sopa tienen forma de urinales, las servilletas, son papel higiénico y el helado de chocolate tiene forma de “you know what”. Todo en el establecimiento está relacionado con los implementos de baño ¡así como sus resultados!. Cuando hablamos de fusiones, a veces nos referimos a las más diametralmente separadas, supongo que todo es posible y… Friki. Lo que si es un hecho, es que los implementos mencionados no pueden ser públicamente usados para su función original, al menos mientras comes.