- Los automóviles a gasolina serÔn parte del pasado por la alta contaminación de los motores.
- Sin embargo, hay otros sistemas de los carros que son casi tan peligrosos para la salud, pero pocos ponen atención.
- Se trata de los frenos, de las nanopartĆculas que surgen de la fricción entre las pastillas y lo discos.
La gasolina tiene los dĆas contados en el segmento de negocio de los automóviles. MĆ”s temprano que tarde, los motores impulsados con baterĆas van a terminar de reemplazarlos y la combustión interna serĆ” sólo un recuerdo.
En algunos paĆses, ese retiro serĆ” mĆ”s vertiginoso, ya que se irĆ”n activando normas relativas a las emisiones que la industria deberĆ” cumplir para vender sus productos.
Sin embargo, los ambientalistas alertan que los motores a combustión no son el Ćŗnico problema de los vehĆculos en materia de contaminación.
Asà es, los sistemas de frenado son casi tan contaminantes y no hay solución, por ahora, a ese fenómeno.
Los frenos de los autos contaminan (y mucho)
Cada vez que se frena, los autos desprenden muy pequeƱas partĆculas que son peligrosas porque por su tamaƱo pueden penetrar en la profundidad de los pulmones.
Desde allĆ, ingresan al torrente sanguĆneo y pueden provocar desde afecciones cardiovasculares y cerebrovasculares (como derrames cerebrales), hasta dificultades respiratorias.
Por supuesto, de la misma forma contaminan la tierra y el agua.
Los expertos lo saben. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo hace no mucho en un documento: el 99 por ciento de la población del mundo respira aire que tiene exceso en los lĆmites de la calidad recomendada.
Una investigación del Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas de Lyon, Francia, las pastillas de los frenos generan por año 20 mil toneladas de polvo en suspensión.
De ese total, 9 mil toneladas quedan en suspensión en la atmósfera.
El objetivo del Consorcio para las Emisiones Ultrabajas de los VehĆculos (Clove) en Europa, que se utiliza como guĆa para la redacción de las futuras normas Euro 7, es que la emisión contaminante de los frenos se reduzca al menos un 50 por ciento.
Transport & Environment, por su parte, dice que esta meta es āinsuficienteā y que deberĆa ser de, mĆ”s del 85 por ciento.
El problema es que no hay un reemplazo a la vista de los sistemas de frenos de los autos actuales. Al menos, no uno eficiente que de buenos resultados en calidad y no sea mƔs costoso.
La clave es la reducción del cobre, pero no es fĆ”cil. Las compaƱĆas hace aƱos que lo intentan, sin Ć©xito.
Porsche, por ejemplo, utiliza discos de freno con carburo de wolframio. Algo que, según sus estudios, obtiene frenadas igual de eficientes que los frenos cerÔmicos, pero con emisiones de polvo bajas.
Otra alternativa es simplemente poner un depósito para juntar las partĆculas desprendidas cuando se frena.
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GrĆ”fica del dĆa: ĀæEn quĆ© paĆses es mĆ”s cara la gasolina?