Internacional.- “Para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes la facultad de absolver a quienes hayan abortado”. Una decisión que marca un hito en el papado del argentino.
Francisco no ha sido un Papa convencional. Por convicción propia o por necesidad de la Iglesia de aggiornarse a los tiempos (o por ambas cosas, cada quien tendrá su opinión), el argentino es un Sumo Pontífice al que se lo podría calificar de disruptivo, si estuviéramos hablando en términos publicitarios.
En ese contexto, la novedad de este lunes en una decisión que muchos entienden que marcará un hito en la historia de la Iglesia Católica: se extendió “para siempre” una disposición que se había autorizado sólo durante el Año Santo de la Misericordia, que concluyó el domingo.
Se trata de la facultad que tendrán los sacerdotes “de absolver” a quien haya cometido el “pecado grave” del aborto. Se trata de una decisión inesperada en el marco Jubileo Extraordinario de la Misericordia.
“Para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y el perdón de Dios, de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado de aborto”, dice el comunicado difundido este lunes en Roma.
El texto lleva la firma del papa Francisco y aclara: “Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente”. “Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre”, agregó.
Papa Francisco concede que todos los sacerdotes puedan absolver el pecado del aborto https://t.co/viP5KOizkR pic.twitter.com/Z5cCJv7UsS
— Vaticano News (@news_vaticano) 21 de noviembre de 2016
Una marca disruptiva
Jorge Bergoglio, desde que fue elegido Papa y se convirtió en Francisco, ha marcado una clara diferencia con sus antecesores (especialmente con el alemán Benedicto XVI). Es qie más allá de convicciones propia, entendió que era claro que la Iglesia necesitaba un cambio de rumbo en materia de marketing. Había llegado la segunda década del siglo 21 y la Iglesia seguía (y sigue) postulando ideas que no han cambiado en más de 2.000 años.
¿Cuánto estarán dispuestos a cambiar, tanto Francisco como la Iglesia? Es una pregunta que no tiene respuesta. Sin embargo, es evidente que tienen la intención de modificar cosas importantes, más allá del debate que genere.
El “perdón” del aborto es una de ellas. Hay muchas organizaciones sociales que piden en distintos países su legalización, mientras otras luchan por todo lo contrario. Las posturas son tan antagónicas como (a priori) irreconciliables, por lo que esta nueva decisión de la Iglesia muestra que ya no será ajena a este tipo de debates.