“Soyuz”, una palabra desconocida para las mayorías, se convirtió en tendencia global en las redes sociales este jueves. Fue luego de que el vuelo de una de las naves de ese programa, la NS-10, se viera interrumpido en pleno lanzamiento por un problema técnico y posterior incendio en uno de los propulsores del cohete.
Los dos miembros de la tripulación, el astronauta de la NASA Nick Hague y el cosmonauta ruso Alexey Ovchinin, aterrizaron en Kazajstán menos de una hora después del despegue y están en “buenas condiciones”, según la Agencia Espacial de los Estados Unidos.
“Soyuz” se convirtió en TT mundial con la noticia.
La Soyuz MS-10 despegó del cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, pero aproximadamente seis minutos después del lanzamiento, la corporación espacial estatal rusa Roscosmos dijo que hubo “un problema” con el vuelo.
La falla llevó a la tripulación a hacer una reentrada balística, que significa que la cápsula entró en la atmósfera de la Tierra en un ángulo más inclinado que lo normal. Los equipos de rescate estaban llegando esta mañana al lugar de aterrizaje.
Las reentradas balísticas pueden ser peligrosas para los astronautas, ya que experimentan mayores fuerzas G. Con un aterrizaje normal, los astronautas llegan a soportar hasta 4 G de fuerza gravitacional. Eso puede duplicarse para reentradas balísticas.
El momento en que la tripulación del Soyuz reporta la avería que se produjo a bordo https://t.co/lkBv2UJ3jc pic.twitter.com/JcaIkxUxRY
— RT en Español (@ActualidadRT) 11 de octubre de 2018
El fracaso podría tener repercusiones significativas para el avance del programa de vuelos espaciales humanos de la NASA. Es que es poco probable que Rusia lance una misión tripulada de Soyuz hasta que haya descubierto qué fue exactamente lo que salió mal durante este vuelo.
El problema es que Soyuz es el único medio que tiene hoy la NASA para llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS). Dos compañías privadas estadounidenses, SpaceX y Boeing, están desarrollando vehículos para transportar astronautas desde y hacia la ISS, pero los primeros vuelos con tripulación de ese programa no están pautados hasta mediados de 2019.
Hay gente allá arriba
Todavía hay tres personas a bordo de la ISS: la astronauta de la NASA Serena Auñón-Canciller, el alemán Alexander Gerst y el ruso Sergey Prokopyev.
El trío llegó a la estación el 6 de junio pasado en otra cápsula rusa Soyuz, la que puede permanecer en órbita alrededor de 200 días. Esto significa que esa tripulación tendrá que bajar antes de fin de año.
Si el cohete Soyuz no vuelve a funcionar para entonces (lo que es lo más probable), es posible que la ISS quede abandonada por un buen tiempo.
Un nuevo escenario
El desperfecto se da cuando la NASA está considerando financiar parte de sus misiones mediante el apoyo económico de patrocinadores. Sería una forma de asegurar financimiento extra para optimizar el éxito de las excursiones.
Algunos analistas creen que en un futuro, los cohetes podrían ser nombrados por patrocinadores o que tengan su fuselaje cubierto de sponsors, como un monoplaza de la Fórmula Uno o un jersey de algún club de futbol.
Sin embargo, quienes critican la iniciativa, señalan que esto podría generar conflictos de interés y perjudicar la reputación de la agencia y de sus misiones.