Contrario a lo que se cree, la realidad virtual no es un concepto novedoso, pero sí uno que logró tener un gran impulso en años recientes, sobre todo a partir de la aparición de un proyecto que buscaba financiamiento en Kickstarter: Oculus Rift.
Sin embargo, con la revelación del costo final que este popular visor de realidad virtual tendrá en retailers, las personas se han incendiado en furia.
Oculus Rift está lejos de ser el único dispositivo de realidad virtual, sin embargo, sí es el que concentró más expectativas, sobre todo porque durante años se creyó que este sería un producto de consumo masivo destinado a crear un nuevo canal de consumo y una nueva plataforma de desarrollo y producción de contenidos.
El costo del Oculus Rift, así como el costo de otros dispositivos que siguen la misma línea, como HoloLens de Microsoft, indican que este tipo de productos están destinados a ser para un nicho reducido, principalmente profesionales y entusiastas de la tecnología, tal vez los mismos que gastan cientos o miles de dólares en computadoras de alto rendimiento para correr juegos a gran resolución y 60 cuadros por segundo.
Probablemente podría pensarse que los dispositivos más económicos podrían ser el salvavidas de la realidad virtual, sin embargo, dispositivos como Samsung Gear VR o Google Cardboard están siendo utilizados para experiencias poco interactivas, por ejemplo, siendo usados como reproductores de videos en 360 grados, lo cual representa una experiencia mucho más limitada que lo que Oculus Rift o HoloLens representan.
¿Pasará rápido la moda de la realidad virtual?