Año con año desde 1991, Davos, hermosa ciudad suiza, enclavada en las faldas de los Alpes, es la sede del Foro Económico Mundial en donde los líderes del mundo, acompañados por sus técnicos y expertos del sector financiero y social, se reúnen a revisar el estado del mundo. Sin duda, estas son las voces autorizadas y habrá que escucharlas.

En esta ocasión serán 2,600 delegados entre los que se encuentran, 600 presidentes de empresas, 20 gobernadores de Bancos Centrales, 50 jefes de estado, 100 ministros de relaciones exteriores y finanzas los que durante una semana analizarán, sobre todo, la marcha atrás de la globalización.

La visualización general de la gran mayoría de analistas es que el 2023 está pronosticado con turbulencia severa con un clima subártico como el que presenta la sede del encuentro. La sombra de una recesión simultánea toma forma ante la ralentización de las economías de China, la Unión Europea y los Estados Unidos de América.

Las dos fuerzas que siguen oprimiendo al globo terráqueo son la guerra en Ucrania que está por cumplir un año y los estertores de la pandemia que han desconectado a Occidente de Rusia y a su aliado China.

Lo que ocasiona una guerra no solo es muerte y desesperanza… propicia la creación de bloques y la cooperación que se tenía hasta el 2021 se ha desdibujado.

Las dos grandes fuerzas disgregadoras también provocan el surgimiento del proteccionismo de los países con sus economías, pues se ven en la necesidad de subsidiar a sus industrias nacionales ante el riesgo de perderlas al migrar a otros lugares.

Las industrias tecnológicas y las empresas vinculadas a la generación de energías verdes son de las primeras que están recibiendo atención.

La agenda internacional que se revisará en Davos, lleva estos dos grandes capitulares que se conectan con el mencionado proteccionismo, las restricciones al libre comercio, la reorganización productiva segmentada y la integración de nuevos bloques geopolíticos.

Tomando en cuenta lo anterior, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ya anticipaba algo sobre el trabajo en bloques en su visita a la Ciudad de México para la mini-cumbre de los tres amigos: “Trabajando unidos nos puede ir bien, incluso mejor que a la UE en estos momentos”, dijo en el Palacio Nacional Mexicano ante Biden y López Obrador.

Ante esto, podemos afirmar que la reunión del 2023 en Davos, representa una de las pocas oportunidades de poner en común los grandes temas que aquejan al mundo; no escuchar estas voces, soslayar los acuerdos y tomar la semana en Suiza como una extensión de las vacaciones invernales, sería un gran error.

Es momento de actuar con decisión. Simplemente, tomemos como base la propuesta de Ursula Von der Leyen, la Presidenta de la Comisión Europea en donde remarca la necesidad de firmar el Green Deal Industrial que frene la descarnada carrera de las potencias en las tecnologías verdes.

Apenas 20 días de un 2023 que comenzó muy agitado.

Nos encontraremos más adelante.