La relación entre la armadora de vehículos estadounidense, Ford, y México se ha debilitado en el último año a consecuencia de la llegada de Donald Trump al poder en el vecino país del norte; debido a ello, se han tomado diversas decisiones que han perjudicado a la marca en el país.
Derivado de una amenaza de imposición de elevados aranceles a fabricantes automotrices que mantuvieran su producción afuera de los Estados Unidos, Ford decidiría no construir una planta en San Luis Potosí, por lo cual pagó una penalización de 65 millones de dólares; además de una mala impresión en el imaginario colectivo mexicano.
Tiempo después indicaría la cancelación de la producción de su modelos Focus en la planta ubicada de Hermosillo, Sonora, para mudarla a China con lo que se ahorraría mil millones de dólares; a pesar de que este cambio se realizará a partir del segundo semestre de 2019, la reputación de la marca iría poco a poco perdiendo adeptos.
Este tipo de actos repercutiría en las ventas de la empresa en el territorio nacional; durante 2016, Ford se colocaría como la cuarta compañía que más exportaba automóviles, para los primeros nueve meses del año, perdió una posición al descender al quinto puesto, con un decremento del 20 por ciento, cifra que representa una baja de 62 mil 940 unidades.
En contraparte, la industria automotriz presenta un crecimiento para el país, en el que marcas como FCA, General Motors y Volkswagen incrementan sus niveles de exportaciones. Aunado a esto, el valor de las acciones de la compañía cayeron 19 por ciento en el precio comprendido entre enero y agosto de 2017.
Este miércoles, como parte de un proceso de consolidación global de sus modelos sedán, a partir de 2020 mudará la producción del Fusion de tierras mexicanas a China, los cuales serán exportados a Estados Unidos y Europa, dijeron fuentes allegadas al tema a Bloomberg.
De acuerdo con el medio, la decisión de Ford es parte de los esfuerzos para recortar costos, mientras cambia el énfasis de la compañía desde los modelos sedán hacia los vehículos deportivos utilitarios y todo terreno, especialmente en América del Norte.
Sí bien, la decisión de la firma va de la mano con una situación de ahorro de gastos operativos, para los consumidores en México, es otra razón para abandonar la marca, ya que en los últimos años diversas automotrices han apostado por el país, aún en contra del gobierno norteamericano, lo que les ha valido una consolidación y posicionamiento en un mercado emergente que arrastra varios años de buenos resultados.