Trump dijo en Twitter el domingo que “Ford ahora puede construir sus Focus en los Estados Unidos. Ford respondió: “Eso no tiene sentido”.
Así comenzó el duelo verbal entre el presidente del país más poderoso del mundo y la marca que lleva el nombre del inventor del automóvil.
Donald Trump había dicho que los aranceles sobre las importaciones chinas y la guerra comercial con el gigante asiático devendría en que, por ejemplo Ford, fabricara su Focus Active en los Estados Unidos, en lugar de hacerlo en el extranjero.
La compañía con sede en Dearborn emitió un comunicado en las primeras horas del lunes, en respuesta al tweet del presidente: “No sería rentable construir el Focus Active en los Estados Unidos, dado un volumen de ventas anual esperado de menos de 50.000 unidades. Ford se enorgullece de emplear a más trabajadores por hora y construir más vehículos en los Estados Unidos que cualquier otro fabricante de automóviles”.
“Ford mató abruptamente un plan para vender un vehículo pequeño fabricado en China en los Estados Unidos debido a la perspectiva de aranceles más altos en los Estados Unidos”, escribió Trump en Twitter citando este artículo de la cadena CNBC. “Este es solo el comienzo. ¡Este auto ahora se puede construir en los Estados Unidos y Ford no pagará aranceles!”, agregó.
“Ford has abruptly killed a plan to sell a Chinese-made small vehicle in the U.S. because of the prospect of higher U.S. Tariffs.” CNBC. This is just the beginning. This car can now be BUILT IN THE U.S.A. and Ford will pay no tariffs!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 9 de septiembre de 2018
Para Jon Gabrielsen, economista de mercado que asesora a fabricantes de automóviles, “esta es una prueba más de que ni el presidente ni sus representantes comerciales tienen idea de las complejidades de las cadenas de suministro mundiales”, publicó Detroit Free Press.
Para Gabrielsen, “esto obliga a Ford a perder las ventas que tendría si pudiera seguir importando ese vehículo que tiene un bajo volumen de ventas por un nicho de mercado particularmente pequeño”.
Ford canceló el 31 de agosto pasado sus planes de importar el Focus Active crossover de China a Estados Unidos debido a los costos derivados de la escalada de la guerra comercial.
“Dado el impacto financiero negativo de los nuevos aranceles, decidimos no importar este vehículo desde China”, había dicho Kumar Galhotra, presidente de Ford América del Norte.
Los aranceles impuestos por el presidente Trump a los productos chinos y la amenaza de sumar aún más tuvieron un impacto directo en la decisión. Estados Unidos ya impuso aranceles al acero y al aluminio importado desde China y también se sumó un impuesto del 25 por ciento a los automóviles llegados desde el gigante asiático.
La estrategia de Trump se debe, según él mismo ha denunciado, a la idea de “castigar” a Pekín por “sus prácticas comerciales desleales” y el “robo de propiedad intelectual”.
El Focus Active se construye en Europa y la compañía tenía planes de comenzar fabricarlo en desde la última mitad de 2019 en China; y exportarlo desde allí a los Estados Unidos. Sin embargo, avisó de que ahora estaba descartado debido al encarecimiento que representaban los nuevos aranceles impuestos por Trump.