Lo que si es un hecho es que, cada día mas, personas comiendo solas o acompañadas, en pareja o en familia, sacan fotos de los platillos, ya sea propios y de acompañantes, con fines -probablemente- de compartición en redes sociales o colección de momentos especiales. La tendencia es de tal tamaño que, Justin Abarca, escritor staff del sitio buzzfeed, enlista “Los 25 tipos de gente que toma fotos de su comida envés de comérsela”.
Destacan “los perfeccionistas” que inclusive se ponen de pie o a ras de mesa para obtener el mejor ángulo. “Los turistas sorprendidos” que no creen lo pequeño o basto del platillo. Los “totalitaristas” que necesitan cubrir la mesa completamente. “Los expertos en iluminación” que arreglan lámparas del sitio para crear efectos. “Los solitarios” que toman la foto mientras conversan con alguien por teléfono y así va la lista y, yo agregaría, “Los irreverentes” que FOODtografían los platillos de otras mesas y otros comensales sin permiso y con el consecuente enojo.
No cabe duda que el aislamiento (físico primordialmente) social rampante que se apodera de nuestra cotidianidad, juega un gran factor. En los EE.UU., la comida rica en calorías y carbohidratos es conocida como “Comfort Food” o comida que nos hace sentir bien. Seguro lo mismo pasa en muchos otros países. La ingesta de azúcares y grasas en gran cantidad ayudan paliativamente a olvidar problemas abatiendo soledades y desesperanzas, sobre todo en estas fechas. No me sorprende que esa soledad compartida con un platillo nos catapulte a fotografiarle dándole la dignidad de memorable ya que éste, nos está dando lo que otros no: confort, compañía, sabor, olor, calor y satisfacción física que en algunos casos llega a ser excitante.
A esto habría que agregar las redes sociales tan accesibles vía internet celular que permiten que esa soledad y este “snapshot”, sean compartidos con otros, también solos y también comiendo. Y, como decía la Dra. Taylor, esa asociación memorable con el platillo asociado a las redes nos pueda orillar a la mistificación y la obesidad.
El día que FOODtografié y compartí los Chiles en Nogada, me sentía solo y quería compartir con alguien querido la experiencia de este plato mexicano tan de temporada y que tan poco vemos en EE.UU. Lo importante -reflexiono- es NO sacar de contexto el rico ambiente del restaurante; arquitectura, música, atención, luz, olor y color que hacía que esos mismos Chiles fueran especiales… aunque le diera envidia a mi esposa.