Los colaboradores son el mejor y mayor pilar sobre el cual se construye el negocio de cualquier marca. De esta manera, para las empresas contar con equipos de trabajo sólidos, propositivos y productivos es fundamental para fortalecer su imagen y, por tanto, crecer en el mercado de manera sostenible y rentable.
La fórmula también funciona a la inversa. Las grandes fallas de una empresa en su mayoría están ligadas al rendimiento de su plantilla laboral.
En este sentido recordemos los hallazgos de ResearchGate los cuales indican que la tasa de fracaso ante los cambios dentro de una empresa va de entre 70 y 90 por ciento, en donde la investigación cita el factor humano como la razón principal del fracaso.
Entre FOMOS y JOMOS
Construir y mantener equipos de trabajo efectivos, demanda entender las dinámicas generales que premian en las estructuras de trabajo a nivel mundial, ya que se trata de información que permite dirigir mejor las acciones de reclutamiento así como entender al nuevo talento que sigue tendencias.
Con esto en mente, vale la pena reconocer a dos tribus laborales que durante los últimos años han ganado relevancia: los FOMOS y los JOMOS.
FOMOS
Tal y como refiere un artículo publicado por The Economist, en diversos países de habla inglesa se conoce como FOMO (fear of missing out) a aquellos empleados que tienen miedo a perderse de algo. Se trata de empleados que gustan de participar de cualquier actividad dentro y fuera de la oficina; tienen grandes habilidades sociales, son efectivos en tareas de relaciones públicas y no pierden oportunidad para expresar sus puntos de vista.
Los trabajadores que pertenece a esta tribu se destacan por su hambre de competencia y, habitualmente, convierten sus actividades profesionales en el centro de sus vidas.
JOMOS
En contraparte, se encuentran los JOMOS (joy of missing out), que son aquellas personas que sin remordimiento pueden evitar reuniones y eventos de trabajo, así como la interacción con otros miembros del equipo a favor de mejorar su concentración en sus laborales y ejecutarlas de manera eficiente.
Los colaboradores que entran en esta tribu siguen la tendencia creciente por retomar el control de sus vidas, sin temor a perderse algo y sin permitir que sus obligaciones laborales afecten su desarrollo personal.
Para ellos, el trabajo termina una vez que su hora de salida llega, posición que les permite tener mayor organización para entregar en tiempo y forma sus deberes.
¿Unos trabajan más que otros?
Aunque podría pensarse que los FOMOS son más productivos y necesarios para las empresas que los JOMOS, la realidad es que una buena estructura laboral mantiene un equilibrio entre ambos tipos de personalidades.
Tal y como lo indica Justin Bariso, consultor organizacional, ”es vital reconocer que el ‘JOMO’ es un antídoto emocionalmente inteligente contra el ‘FOMO’”.
DE hecho, algunos grandes líderes han reconocido la importancia de plasmar parte de la filosofía de los JOMOS en los equipos de trabajo para mejorar el compromiso y productividad de los mismos.
De hecho, el director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, subió al escenario de la última conferencia anual de la empresa con la expresión “disfrutar de perderse algo”.
Cuando esta forma de pensar se adopta es más fácil que el trabajo genere un sentido de pertenencia; significa algo más que la fuente de ingresos para los colaboradores y aunque para algunos el propósito este relacionado con la seguridad financiera o para el apoyo familiar, la combinación de sentido y propósito mejora los indices de compromiso, por tanto de efectividad.
Al respecto vale la pena recordar un estudio firmado por Gallup indica que los equipos con un alto compromiso tienen una productividad 21 por ciento superior a la de los demás. Este dato es congruente con lo dicho por la Facultad de Administración de la Universidad de Carolina del Norte, cuyo análisis indica que las compañías con empleados comprometidos tienen un crecimiento 2.3 veces superior, medido en el plazo de tres años, de sus ganancias que aquellas que tienen empleados con un vínculo estándar.