Algunos mercados de América latina están pasando por un buen momento en cuanto a volumen de consumo y son una buena oportunidad para las marcas para invertir.
Es el caso de Chile, que junto con Colombia, Perú y Ecuador son los cuatro países en los que la empresa de moda masculina Florentino está analizando desembarcar.
En la actualidad, la española sólo está presente en México, con 12 puntos de venta localizados en las tiendas departamentales El Palacio de Hierro.
En todos los casos, según Modaes, la idea de Florentino es llegar a los cuatro países junto a un socio local.
Florentino Cacheda, director de expansión de Florentino e hijo del fundador de la empresa, le dijo a Modaes que el objetivo de la compañía es emular lo que está haciendo en México en los mercados de Chile, Perú, Colombia y Ecuador porque, a su juicio, “son de los más estables que en la actualidad existen en Latinoamérica”.
Además, Florentino analiza la posibilidad de abrir una tienda monomarca directa a la calle en Ciudad de México.
“Latinoamérica forma parte fundamental de la estrategia de internacionalización de Florentino, que comercializa sus prendas en 25 países, entre los que figuran Portugal, Reino Unido, Suecia, Marruecos, Suiza, Ucrania, Líbano, Camboya y Filipinas”, detalla Modaes.
Al mismo tiempo, la empresa española está llevando a cabo una estrategia de marketing expansivo en su propio país de origen, donde tiene previsto abrir ocho puntos de venta hasta finales de 2020.
Allí hoy tiene 42 tiendas, de los cuales 18 corresponden a establecimientos propios, 17 son locales en tiendas departamentales de El Corte Inglés y, además, tiene presencia en siete outlets.
Según se dijo oficialmente, invertirá entre 56.700 y 113.500 dólares en la puesta en marcha de cada una de las ocho tiendas que abrirá en España, todas en ciudades del Mediterráneo.
A pesar del avance de las fast fashion (low cost de la moda), y del paso de los años, el segmento de población de nivel medio-alto al que va dirigida la producción de Florentino sigue teniendo su oportunidad de venta.
“Queremos controlar nosotros todo el proceso, respetar a nuestros clientes y no estar sometidos a precios y promociones que nos vengan impuestos”, le dijo Cacheda a La Voz de Galicia.