Hoy se llevará a cabo por primera vez en Colombia el Consejo de la Federación Internacional de Fútbol (Fifa), reunión que tendrá a Bogotá como sede y en la que se definirán temas importantes para el desarrollo de la Copa Mundial de Fútbol Fifa, como la adopción o anulación del videoarbitraje para la edición 2018 y las reglas que ayudarán a decidir la sede para la cita de 2026, así como la aprobación de la consolidación de los estados financieros de 2017.
El evento se llevará a cabo en el Centro de Convenciones Ágora en Bogotá y contará con 36 participantes entre los que estará el presidente del organismo, Gianni Infantino, que visita Colombia por nuevamente tras venir en 2016 en el marco de la organización de la Copa Mundial de Fútbol de Sala de la Fifa, que tuvo como sede al país en ese mismo año.
Además de las decisiones ya nombradas, en el Consejo se establecerán las sedes de los mundiales Sub-17 y Sub-20 a realizarse en 2019 y el presupuesto para el año siguiente. El punto 11 de la agenda del evento será la aprobación de los estados financieros del año anterior, los cuales se lanzarán en el 68° Congreso de la Fifa, a llevarse a cabo en junio en Rusia.
“Se van a definir cosas muy importantes y fijar las reglas para escoger la sede de 2026, tema que se va a decidir en el Congreso Fifa en Rusia en junio”. Asegura Ramón Jesurún presidente de la federación colombiana de fútbol.
Sin duda este espacio no sólo hablará del tema coyuntural de fútbol sino que permite posicionar a Colombia y la capital en punto focal de encuentro con una infraestructura y una participación que habla muy bien del momento territorial de promoción a nivel mundial por el que atraviesa el país.
“En el gremio estamos enterados del evento, sin embargo, cuando termine podremos medir el impacto que pueda tener sobre el sector en Bogotá”. Claudia Barreto presidenta de acodrés.
El organismo tiene como meta recuperar la inversión en lo que llaman “gastos inesperados”, concretamente, los costos relacionados con las investigaciones en curso abiertas por las autoridades estadounidenses y suizas, los costos del Congreso extraordinario de febrero de 2016 y los deterioros de valor que generaron el Museo del Fútbol Mundial y el Hotel Ascot de Zúrich, ambas inversiones en áreas ajenas a las actividades principales de la Fifa.