Cuando tenías una hora en el tránsito sin saber lo que pasaba o llovía con intensidad en la Ciudad de México lo primero que hacíamos, antes de la aceleración de la comunicación a través de Internet, era sintonizar Formato 21, estación de radio que transmitía las 24 horas del día; así por ejemplo, me enteré del accidente aéreo en el que murió el ex secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño, cuando se estrelló el Learjet 45 en el que viajaba en la esquina de Periférico y Reforma y cuántas otras noticias más.
La estación cerró sus transmisiones, lo mismo su hermana la Red de Radio Red que salió de FM y creo que aún quedan resquicios de ella en una estación de radio online (según me dicen con planes de regreso a radio).
Seguramente Radio Centro, empresa madre de ambas, ya no las consideró un buen negocio o les ganó la aceleración de la digitalización y por ello decidió eliminarlas del espectro radiofónico sin importar, claro, la opinión de los radioescuchas que aún las añoramos. Además, terminaron con toda una era de comunicadores, sólo por mencionar a uno: Jacobo Zabludovsky, personaje tan controversial, sobre todo en su paso por televisa y tan ecuánime y culto en radio.
En México si ya no funciona se desecha, es así y ni hablar si ya no deja billetes, no existe el respeto por la tradición y el cariño que les podemos tener a marcas que nos acompañan día a día y mucho más si se trata de voces, de cortinillas auditivas que hacen el soundtrack de nuestro día a día.
No se trata de no evolucionar, por supuesto que la modernización y la actualización debe ser una constante en los medios de comunicación, pero sin perder la esencia, eso lo hacen muy bien los medios de comunicación en Estados Unidos, un ejemplo fue David Letterman quien duró 33 años con su show en el que pasó todo el mundo; Oprah Winfrey o Ellen DeGeneres.
Quizá Radio Centro apostó a los dados equivocados, pues decidió eliminar sendos medios de comunicación por su anhelado, por más de 50 años, canal de televisión mismo que sólo operó tres años sin ningún éxito y una oferta básica y criminalmente aburrida después de ofertar 425.9 millones de pesos que ahora vende a El Heraldo quien podrá operar el canal hasta 2037.
Ante el desastre que los llevó incluso a perder su edificio corporativo y de operaciones en el mítico Trébol Radio Centro, a dejar a decenas de empleados sin trabajo y sobre todo perder la fidelidad de su auditorio aún tienen la opción de agruparse y recuperar algo de lo perdido y un camino para ello puede ser el cariño que alguna vez les tuvimos.