Esta semana se recordó en España el 40º aniversario de la intentona golpista del llamado 23 F, crisis que puso en vilo a la democracia española y este momento se conjuga con la reciente presentación del libro Felipe VI. Un Rey en la adversidad, del periodista José Antonio Zarzalejos, temas que retomamos para realizar el análisis de hoy.

Los éxitos de un gobernante tienen que ver con una triada de elementos que se conjugan para resultar con una buena evaluación ante el ojo del ciudadano-elector: tiempo, circunstancia y acción.

A Felipe VI, monarca español, le toca en su reinado resolver problemáticas en tiempo de pandemia, bajo la circunstancia de suceder a su padre, mismo que dejó el trono con serias observaciones, mismas que le empujaron a tomar acciones para mantener a flote a la Casa Real que representa.

Tiempo, circunstancia y acción que redundan en la frase “política es tiempo”.

Un gobernante con oficio político siempre tiene que mirar el calendario para planear sus acciones con la mayor efectividad posible y debe hacerlo con una estrategia sólida de comunicación.

Como un vivo ejemplo de lo anterior, Felipe VI en su tradicional mensaje de Navidad, en el triste invierno del 2020, utilizó un discurso sobrio, al nivel de las circunstancias de la pandemia y de las condiciones económicas prevalecientes.

Lo anterior, ligado a la complicada situación de su padre, el Rey Emérito, en donde Felipe, con un gran liderazgo, no ha actuado como hijo sino como Rey de España lo cual le da mayor credibilidad y elementos para solucionar estas crisis.

A Felipe VI, monarca español, le toca en su reinado resolver problemáticas en tiempo de pandemia

La comunicación política representa para este caso, una oportunidad para mediatizar a las tres esferas que la integran: la política, la de los medios de comunicación y la del ciudadano- elector. Veamos.

Aquí tienen un párrafo del mencionado discurso que se refiere, sin nombrar al Rey Emérito, acción válida para este tipo de comunicación estratégica que le permite pasar página y seguir con su agenda.

¨Ya en el 2014 me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Unos principios que nos obligan a todos sin excepciones y que están por encima de cualquier consideración de la naturaleza que ésta sea, incluso de las personales y familiares.¨

Por lo anterior, la comunicación gubernamental requiere de gran planeación, y una de estas tácticas pasa por el análisis de que la mejor explicación es la que no se da.

De lo anterior hace referencia Zarzalejos en su más reciente libro ya comentado líneas arriba, en donde apunta que el Rey ha decidido mantener una sobria discreción alejado de los reflectores mediáticos para tratar de rescatar la institución que encarna.

Lo que vemos entonces es una estrategia en la comunicación del actual soberano español que le permite mantener la marcha de la monarquía apoyado en cuidados discursos que solo pronuncia en momentos trascendentes.

Ni más ni menos, en tanto resuelve las crisis de salud, de la economía y la institucional.

El gran reto de Felipe VI, a quien José Antonio Zarzalejos le endilga un carácter nórdico, por su frialdad para decidir, ¨es reconstruir todo lo que su padre después de erigirlo, destruyó¨.

La premisa es contundente: reparar primero para construir después.

Nos encontraremos más adelante.

Federico Torres López.