Esta semana tuve la oportunidad de visitar el Millentor Stadion, hogar del FC St. Pauli, un club de fútbol alemán con sede en Hamburgo que se ha convertido en un claro ejemplo de cómo una identidad sólida y un ADN distintivo pueden marcar la diferencia en términos de branding deportivo. Aunque no sea un equipo que haya cosechado grandes éxitos en el ámbito deportivo, su imagen y filosofía han cautivado a seguidores de todo el mundo. En esta ocasión quisiera analizar cómo el FC St. Pauli ha logrado destacar a través de su identidad y cómo otros clubes pueden aprender de su enfoque en el branding deportivo mediante la explotación al máximo de su ADN que lo vuelve único y diferente a todos los demás.
El ADN del FC St. Pauli
La identidad del FC St. Pauli se basa en una serie de valores fundamentales que lo distinguen de otros clubes. Estos valores incluyen la inclusión, la solidaridad, la lucha contra la discriminación y el compromiso con causas sociales y políticas. El club también es conocido por su afición, cuya cultura y ambiente festivo han contribuido a la creación de una marca única y atractiva. Es un equipo “de izquierda” y eso lo ha convertido en un club de culto. El Millerntor, su estadio, es un lugar emblemático que refleja la personalidad del club. Las banderas piratas y los mensajes políticos son comunes en las gradas, y sus seguidores son conocidos por su compromiso activo en la promoción de la justicia social y la lucha contra el racismo y la homofobia. Incluso en el estadio se puede encontrar una Kita (abreviación de Kindertagesstätte) que es un lugar para el cuidado de los niños. Un kinder, un jardín de niños.
La importancia de la identidad en el branding deportivo En un mundo donde la competencia entre clubes y la búsqueda de una base mayor de aficionados es cada vez más intensa, contar con una identidad sólida y distintiva es esencial para destacar y atraer la atención de fans y patrocinadores. El branding es una herramienta clave para diferenciar a un equipo de todos y también para generar ingresos a través de
merchandising, patrocinios y otros canales. El caso del St. Pauli demuestra que un club no necesita tener un historial deportivo repleto de trofeos para construir una marca exitosa. Lo que realmente importa es transmitir una serie de valores y principios que resuenen con los aficionados y que generen una verdadera
conexión emocional con ellos. La identidad del club debe ser auténtica y coherente, y debe reflejarse en todos los aspectos de la organización, desde la comunicación hasta las acciones en la comunidad.
El éxito del FC St. Pauli en términos de branding deportivo ofrece varias lecciones para otros clubes que buscan fortalecer su identidad y atraer a nuevos fanáticos:
Autenticidad: La identidad del club debe basarse en valores y principios auténticos que sean coherentes con su historia y cultura. Tratar de copiar a otros clubes o adoptar una imagen artificial puede resultar contraproducente.
Compromiso con la comunidad: Los clubes de fútbol tienen un papel importante en la vida de sus comunidades locales. Involucrarse activamente en iniciativas sociales y establecer alianzas con organizaciones benéficas o diversas causas puede mejorar la imagen del club y fortalecer su conexión con los fans.
Crear una experiencia única: La atmósfera en el estadio, la relación con el aficionado y la comunicación del club son aspectos clave para diferenciarse. Crear una experiencia única y memorable para los aficionados puede generar lealtad y fomentar el boca a boca positivo (word of mouth).
Innovación y adaptabilidad: El mundo del deporte está en constante evolución, y los clubes exitosos deben estar dispuestos a adaptarse y probar nuevas ideas. Esto puede incluir el uso de nuevas tecnologías, la exploración de nuevos mercados o la adopción de enfoques creativos en la gestión y la promoción del club.
Alianzas estratégicas: Establecer alianzas con marcas y patrocinadores que compartan los valores y objetivos del club puede potenciar su imagen y aumentar su visibilidad a nivel global. Además, colaborar con otras organizaciones puede abrir oportunidades para el aprendizaje mutuo y el crecimiento.
Finalmente, este caso es un ejemplo de cómo una identidad sólida y un ADN distintivo pueden ser fundamentales para el éxito de un club en términos de branding. Aunque no siempre se traduzca en éxitos deportivos, la conexión emocional que se establece con los aficionados y la coherencia en la comunicación de los valores del club pueden generar una base de fans leales y apasionados, lo que a su vez puede traducirse en mayores ingresos y una mayor visibilidad a nivel global y prueba de ello es que este equipo de Hamburgo tiene seguidores alrededor del mundo. Los clubes deben aprender de casos como el del St. Pauli y enfocarse en construir y mantener una identidad y un ADN que les permita destacar y conectar con sus seguidores, tanto en el ámbito local como en el internacional. Incluso llevarlo al extremo de contratar
personal desde operativo hasta jugadores y entrenadores afines al ADN.