El Buró Federal de Investigaciones (FBI) realizó este lunes un cateo en la oficina de Michael Cohen, abogado del presidente Donald Trump, a solicitud del fiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller.

Stephen Ryan, el abogado de Cohen, confirmó la redada de las oficinas, que fue reportado inicialmente por The New York Times y sostuvo que los agentes llevaban órdenes de cateo y extrajeron documentos “privilegiados” de las comunicaciones de Cohen con sus clientes.

“Fui notificado por los fiscales federales que la acción en Nueva York es, en parte, una petición de la Oficina del Fiscal Especial Robert Mueller”, señaló Ryan.

Cohen, abogado personal de Trump, ha estado en las últimas semanas en el centro del escándalo por el pago de 130 mil dólares a la actriz porno Stormy Daniels, dos semanas antes de las elecciones presidenciales de noviembre del 2016.

De acuerdo con Daniels, el dinero fue pagado a cambio de su silencio sobre una relación sexual con Trump en 2006. Cohen aceptó haber pagado el dinero, pero aseguró que lo hizo de sus fondos personales y sin el conocimiento de Trump, entonces candidato presidencial.

La semana pasada, Trump habló por primera vez del pago a Daniels y dijo no haber tenido conocimiento.

Expertos creen que el allanamiento realizado por la fiscalía de Nueva York sugiere que el fiscal especial encontró la sospecha de una conducta criminal fuera del ámbito de su investigación sobre la posible colusión entre el equipo de Trump y Rusia para interferir en las elecciones.

El pago a Daniels tiene el potencial de ser violatorio de la ley si los fondos fueron pagados directa o indirectamente por la campaña de Trump o en beneficio de Trump, sin que hubieran sido reportados a la Comisión Federal Electoral (FEC).

Donald Trump se ha esforzado por dominar el centro del escenario; sin embargo, el mandatario está involucrado en tantas pruebas de voluntad que se están intensificando tanto a nivel global como doméstico, que se está volviendo imposible llevar la cuenta.

Incontrolado y atacando a sus enemigos, tanto en casa como en el extranjero, Trump cada vez más está exportando la turbulencia que ha dejado exhausta a Washington.