Con el poder de un click dispuesto a la mano de cualquier usuario, los públicos encontraron el camino para crear su propia barra programática, sin ser dependientes de los interesé y contenidos que las grandes centrales de medios y entretenimiento consideraban como contenido adecuado para audiencias especificas en horarios particulares.
El video on demand es referente claro. Aunque se trata de una industria mucho más madura en mercados como Estados Unidos o Europa, vemos como sus niveles de adopción y crecimiento en regiones como América Latina son prometedores.
En 2010 en América Latina había 0.01 millones de personas suscritas a algún servicio en este rubro. En 2015 el número aumentó a 11.22 millones. Para 2021 habrá 31.87 millones.
Para ser más específicos, durante 2015, se estimaba que el 65.7 por ciento de los mexicanos tiene contratado algún servicio de video bajo demanda. El 73 por ciento de los encuestados señaló a Netflix como la plataforma preferida, después a Claro Video.